La «Catarsis» de Laura Ordóñez en la sala Galileo

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Laura Ordóñez

La «Catarsis» de Laura Ordóñez en la sala Galileo

Vieja conocida, pese a su juventud, dentro del circuito de cantautores, Laura Ordóñez presentaba el sábado en Madrid su recién publicado EP, «Catarsis«. Una noche que aparentemente era como cualquier otra, pero que dentro de la Sala Galileo Galilei se sentía muy diferente. Agradecida, risueña y sencilla, la madrileña contaba las historias que existían detrás de sus canciones. Desnudó «Catarsis» al completo, transmitió cada sentimiento que recorría por su cuerpo y confirmó que este es el principio de una carrera musical que ya ha despegado con paso firme y decidido.

El público ansioso e impaciente, esperaba en sus asientos mucho antes de la hora prevista de la actuación. La emoción estuvo presente en todo momento. Llamaba la atención a simple vista la decoración del escenario, con el nombre de la cantautora iluminado y al fondo el título de su nuevo trabajo discográfico. Laura aparecía en escena teñida por el color de la timidez, sintiendo los típicos nervios de todo artista pero rebosante de felicidad al poder estar cumpliendo, por fin, uno de sus sueños (En ese momento no importaba cuál era el single, que no pudo confirmar días antes por problemas ajenos a ella).

El concierto comenzó casi a capela, con el único acompañamiento de las notas de un piano. Y es que, acostumbrados a verla con la guitarra como su fiel escudera, la madrileña dejaba de estar, aunque fuera por esta vez, sola en el escenario. Arropada por una banda de garantías, Laura comenzaba a destapar el tarro de las esencias, rodeada de músicos y amigos como Joan Berenguer, Pedro Javier Hermosilla, Pablo Ignacio Santiz, Juan Antonio Guerra e invitados de lujo como Mr. Kilombo y el propio Hermosilla, productor del álbum, con quien Ordóñez cantó su recordado éxito «Por un ratito en tus oídos«.

La inocencia casi innata de la madrileña se iba desojando tema tras tema. El concierto iba poco a poco in crescendo, y el público, que comenzó algo tímido, levantó a mitad de «Yo me quedo» un mensaje escrito en cartulinas donde se podía leer el siguiente texto: «Nosotros nos quedamos». Una Laura incrédula a lo que estaba recibiendo quiso recordar que ella era ante todo cantautora, y nos permitió disfrutar en varias ocasiones de sus canciones al desnudo, a guitarra y voz, e incluso, cantando alejada del micrófono, haciendo más íntimo el concierto y dejando a la sala en absoluto silencio y rendida a sus pies.

Dejando atrás la suavidad y vaivén de las canciones más melancólicas, llegó «Sin que me quieras«, su nuevo single. Una de esas canciones llenas de sentimiento y que, unida a su dulce voz, completan una letra que contiene mucha verdad y una sensibilidad especial en cada palabra. Laura se mostraba cercana en todo momento en el escenario, haciendo gala de su sonrisa permanente y esa química tan especial que llenaba de carisma y magia cada rincón. El broche lo puso la animada «Tener algo contigo«, cuyo estribillo era coreado al unísono por todos y cada uno de los asistentes.

Durante una hora y media, Laura Ordóñez dejó bastante claro que la indiscutible calidad de su trabajo no es casualidad. La artista demostró en una noche inolvidable que la música no necesita más que una guitarra y una buena voz para transmitir emociones. Todo ello con una deliciosa naturalidad que hizo del concierto, una experiencia tan disfrutable como fugaz. Tal fue la comunión con los allí presentes, que la joven volvió al escenario tras acabar el concierto para volver a interpretar «Sin que me quieras» por petición popular, cerrando así una presentación sobresaliente.

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