“Los amantes”, la sencillez del buen pop de Marta Tchai
Marta Tchai presenta “Los amantes” y lo hace bajo el amparo de un sonido ecléctico propio. Las canciones recogidas beben de ese punto en parte pop y en parte folk y se adornan con un poso retro que hacen de éste, su último álbum, toda una declaración de intenciones. Del blanco al negro, de lo moderno a lo vintage, del amor al desamor.
“Los amantes, héroes”, un título que se toma como un comienzo. Enamorarte es como estar con dos copas de vino toda la jornada, centrado en la mente, y en el cuerpo del otro. El amor se mueve con una mecánica similar a la del mar. Por eso tal vez, las tareas cotidianas se vuelvan fluidas y alegres, como si se anduviese dentro del agua: desperezarse, ducharse, tostar el pan, desayunar, fumarse un cigarro, pensar en un viaje, hacer la compra, hacer la cama…. Todos los caminos andados quedan atrás, arrumbados en las esquinas, y las acciones toman formas nuevas, genuinas. La vida entonces parece ligera, brillante. Como un folio en blanco. Las velas se llenan de viento… y ya no molesta el corazón como si de un cuerpo extraño se tratase, como un objeto que no encaja en tu habitación.
Esta es la historia de una niña llamada Marta, que un día dejó su Badajoz natal con un solo sueño, ser una gran bailarina clásica. Con el paso del tiempo, consiguió alcanzar ese sueño, formando parte del Ballet de Turín, hasta que una lesión le hizo darse cuenta de que su destino no estaba entre zapatillas de baile. De esa época conserva el Tchai (por Tchaikovsky) y un inmenso amor por el espectáculo. El mundo perdió una gran bailarina pero, a cambio, ganó a una de las cantautoras más talentosas de su generación, que combina, como pocas, fuerza, sensibilidad, emociones y calidad musical. Marta Tchai es así, con una carga de fuerza y emotividad que te cala muy hondo y que te golpea donde más duele, con una fuerza devastadora.
Aunque no lleva mucho tiempo en el mundo de la música, ya cuenta con un bagaje importante, que le ha hecho ganarse el respeto de crítica y profesionales. Tres discos en tres años no los hace cualquiera. “Aaluz” en 2010 fue su excelente debut, seguido en 2012 por el espectacular “En Azul” y en 2013 por “Movimientos Circulares“, la crónica de un siniestro total emocional en forma de disco potente, áspero, oscuro y sombrío, pero igualmente magnífico.
Marta continúa sorprendiendo con su rock de autor de inspiración literaria y aspiración de conmover. Canciones eléctricas que son como esqueletos, reducidas a sus elementos más básicos, que funcionan principalmente como vehículos para las letras –en castellano– de fuerte calado emocional. El expresionismo es así la principal característica de este sonido crujiente e interpretado con candorosa pasión. Pop-rock moderno, en definitiva, tan sólido en sus planteamientos como convincente en sus emociones.
Con la sencillez y efectividad del buen pop llega ahora el cuarto trabajo de esta cantautora electrificada. Dejando la producción en manos de Paco Loco, Marta cuenta con cercanos excelentes músicos para dar fondo brillante a sus composiciones de texto personal que mueve entre imágenes costumbristas plagadas de aperturas y confesiones íntimas. Ecos que van del pop primigenio y llegan a los etéreos paisajes de la new wave inglesa pero con una avasalladora personalidad propia de sobria pulcritud sonora.