David Otero, “Cumplir sueños es un poco triste”

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David Otero, “Cumplir sueños es un poco triste”

Con su último álbum de título homónimo, “David Otero” va más allá y saca a relucir su talento compositivo como nunca, con canciones incisivas, cargadas de frescura y melodía, que nos trasladan inevitablemente a un vaivén de sensaciones. La energía del álbum es palpable. Otero se ha lanzado a la aventura sin red, con la valentía de quien cierra los ojos para volver a ser niño. Sin cadenas, ni candados. Con el pecho descubierto y el corazón en las manos. Un cantante sin truco, sencillo pero diferente, sincero y real, con la madurez que da la experiencia y la energía del que quiere seguir aprendiendo sin parar.

Tras el lanzamiento del álbum llegan los primeros directos de su gira, donde sus fans han podido elegir mediante la plataforma Shows On Demand las diferentes ciudades por las que pasará el artista madrileño con su banda. A unas semanas del comienzo, nos reunimos con él en las oficinas de Sony Music para que nos desvele algunos de los secretos de un tour de conciertos que sobre el papel se presenta como uno de los más interesantes y relevantes del pop español para este 2017.

– Estás presentando tu nuevo álbum, un trabajo mucho más íntimo y personal de lo que nos tenías acostumbrados. ¿Cómo afrontas esta nueva etapa?

– Con mucha ilusión, muchos nervios también y muchas ganas de que la gente venga a escuchar las canciones en directo. Yo creo que es una de las cosas que más te apetecen cuando sacas un disco. Es como volcar todo eso que has estado grabando durante un año en un estudio a un concierto y transformarlo en un show para que la gente venga, se lo pase bien, las cante y se divierta.

Vienes dispuesto a dar la cara ya desde el propio título, que lleva tu nombre. ¿Es una declaración de intenciones?

– Sí, totalmente. Es una declaración de intenciones desde antes de saber que el disco se iba a llamar David Otero. Cambié un montón de cosas de mi forma de entender, cómo expresar lo que sentía hacia los demás, que en el fondo es lo que hago a través de las canciones. Me di cuenta también que había una parte muy importante de ese mensaje que estaba dentro de cómo hacía las cosas, cómo las presentaba, cómo las contaba. Por eso empezaba por el nombre con el que me daba a conocer. Es como la puerta de entrada a una casa, pensé que era un buen momento para expresar desde mi propia identidad todo lo que quería contar y olvidarme un poco de “El Pescao”.

Han pasado casi tres años desde tu anterior disco. Además del cambio de nombre que es evidente. ¿En qué ha cambiado David Otero en todo este tiempo?

– El disco anterior me cambió muchas cosas para bien. Fue un disco en el que tuve la capacidad de entender muchos errores y no tomarlos en cuenta como tales, sino como aprendizajes. Me gustó mucho lo que me enseñaron y estoy muy agradecido de haberlos cometido. No me los tomé como algo malo, sino como algo positivo. En primer momento me dolieron y hubo cosas con las que lo pasé mal, pero luego cuando entendí que la vida realmente te coloca en este tipo de situaciones para aprender. Le di un poco la vuelta a la tortilla y empecé a sacar un montón de cosas buenas, que no me había dado cuenta antes y que, sin esas equivocaciones tal vez no hubiera conseguido nunca entender. Enfoqué toda esa energía en este disco y la verdad, que creo que tiene mucho de ese momento que pasé hace tres años. Mucho del aprendizaje de ese disco es lo que me ha hecho trabajar las cosas así, como las he plasmado en este otro.

Es tu quinto disco en solitario, ¿han tenido que pasar 5 para encontrar al fin tu sonido y el lugar donde te sientes más cómodo?

– Yo creo que nunca lo encuentras, al final lo estás buscando siempre. Ahora mismo ya estoy cambiando cosas y han pasado cuatro meses desde que terminé de grabar el álbum. Creo que con la música pasa algo parecido como con el cuerpo humano, que cambia todas las células en 6 o 9 meses. Según vas haciendo canciones estás en un estado, en un punto de tu vida, pero cuando va avanzando, la vida, tu música, se va transformando y no sabes cómo, pero ya no eres el mismo.

Porque estás contento con tu trabajo, aunque luego puedas modificar algo puntual.

– Sí, totalmente. Pero soy un inconformista y entonces voy a seguir buscando siempre. Para los conciertos por ejemplo, es muy diferente cuando lo tocas con una banda a cuando lo estás grabando. Me he intentado adecuar a lo que estoy sintiendo ahora mismo, respetando al disco, pero si hay que cambiar algo, lo cambio, no tengo problemas.

Del primer single “Una vez más” al lanzamiento final del disco han pasado 8 meses, ¿por qué tanto tiempo de espera?

– Lo hemos hecho un poco a la inglesa, ellos lo hacen así. Sacan el single como 6, 7 u 8 meses antes, generan ruido, expectación y movimiento, y casi que la salida del disco es un motivo para continuar esa efervescencia de las canciones. Y que no pare. La estrategia es más parecida a lo que se suele hacer fuera que lo que se suele hacer aquí. Por ejemplo mira la canción nueva de Coldplay… el disco no sale hasta dentro de cinco meses. Hay un montón de casos más, quizá no tan exitosos, pero cuando necesitas generar un poco de expectación está bien hacerlo con tiempo, sobre todo si la canción va bien. Y ese es este caso, “Una vez más” ha estado entre las 100 canciones más vendidas muchísimo tiempo. Lleva más de 2.500.000 reproducciones en Spotify y la nueva, “Aire”, lleva ya 150.000. Va por buen camino, hace tres días llevaba 100.000 y ha subido un montón en muy poco tiempo. La verdad es que lo hemos hecho un poco diferente. Ha sido como un experimento pero creo que al final ha salido muy bien.

– Hemos contado en los créditos del disco hasta 19 instrumentos que has grabado tú mismo, ¿te queda alguno por aprender a tocar?

– Me gustaría aprender a tocar bien la batería, pero es un instrumento tan técnico y tan milimétrico que es muy difícil grabarlo si no llevas muchos años. Yo creo que dentro de los instrumentos que hay para producir un disco pop, es el único que no grabo o que no he grabado todavía en algún disco. Sí que he grabado bajos, teclados, guitarras, ukeleles, mandolinas, melódicas, maracas, shakers, panderetas… pero la batería hay que estudiarla bien. Es casi un deporte, tiene que ser hiper preciso, cada uno de los golpes tiene que entrar en el tiempo y suficiente tengo con lo que me gusta. Además, tengo la suerte de tener un gran batería así que… ese sería el único instrumento que me quedaría por grabar.

La mayoría de artistas dice que es más fácil componer en los momentos tristes, en cambio este disco está cargado de optimismo y positividad, ¿de dónde te viene tanta energía positiva y buen rollo?

– A mí me gusta componer en los momentos tristes, en los alegres, en los momentos de bajón, de subidón. La música la uso para divertirme entonces hago música para que se diviertan otros también. En ese sentido, me gusta la música alegre y positiva, porque me transmite mucho más cuando hay algo que te mueve hacia arriba. Es como elegir hacia dónde quieres ir, hacia arriba o hacia abajo.

Por ejemplo, “Me voy” es la canción por su letra, más triste del disco. Habla de una ruptura, de un final. Y sin embargo es una de las más cañeras. La gente muchas veces vive y fluye con lo que escucha, eso está bien. En mi caso, muchas veces no me enteró de qué habla una canción hasta que de repente me trasciende más allá del hecho de divertirme un rato.

A pesar de mostrar mediante la música este optimismo, también tendrás tus días malos. ¿Cómo eres en horas bajas?

– Insoportable, bastante insoportable. Soy muy inseguro. Puedo cambiar de opinión en un minuto y medio. Pero creo que lo bueno es que conozco mis límites, sé cuánto me dura el cabreo, sé cuánto me dura lo que me pueda suponer un comentario de un hater en Twitter, me dura una hora. Si pasado ese tiempo no le he respondido ni le he mandado a la mierda, no le voy a responder ya, porque sé que se me ha bajado el enfado. Conocer tus tiempos es muy importante. Yo controlo un poco mis curvas, tanto positivas como negativas.

– En este disco, has contado con la colaboración de grandes amigos como Diego Cantero o Jorge Ruiz, ¿qué ha aportado cada uno de ellos a este trabajo?.

– Jorge y Diego han aportado co-creación. Con Jorge hice “Regreso” y con Diego “Aire”. Yo me considero autor por encima de todo desde que tenía 19 años y empecé a componer canciones. Tengo la suerte de que llevo ya 17 años haciendo algunas que suenan en las radios, en las discotecas, en todos lados. Y mi oficio es ser cantante, pero podría ser autor perfectamente, de hecho ahora estoy componiendo para otra gente.

Cuando llegó el momento de sentarme para componer este disco pensé… el anterior y el primero los compuse solo y si compuse toda la vida con Dani Martín y lo pasé tan bien componiendo con él, por qué no probar a componer otra vez con amigos. La verdad es que compartir la sensación de componer un disco con gente te hace más feliz y te enriquece, es como trabajar en equipo, y yo soy un buen trabajador de equipo. Ese ha sido el motivo. Ellos me han aportado felicidad, pasármelo bien. Estar un rato rodeado de tus amigos y sacar algo productivo para tu trabajo y para ellos también.

– En el caso de Diego Cantero (Funambulista), has formado parte tú además, de su último álbum “Dual”. ¿Qué has podido aprender de trabajar a su lado?

– Sobre todo he conocido a un tipo espectacular, porque no nos conocíamos en persona y hemos pillado una química brutal. Y me pasa como con Jorge, que nos hemos convertido en grandes amigos, aunque a él sí que le conozco desde hace muchos años. Jorge y yo somos muy distintos, diferentes, pero sin embargo tenemos una cantidad de cosas en común brutales dentro de nuestras diferencias, y creo que con Diego es al contrario, somos un poco más parecidos a nivel de personalidad y energía. Es un tío muy tranquilo, muy positivo, muy sosegado y me gusta mucho estar con él. He aprendido de los dos muchas cosas y en concreto de Diego la capacidad de escribir, de imaginar, de inventar a través de la nada y traerlo a una melodía, a una letra, a una canción.

– Volviste a Sony el año pasado y el primer single fue número 1 de iTunes a las pocas horas. ¿Piensas que hoy en día el apoyo de una gran discográfica es fundamental para lograr el éxito?

– No, pienso que cada uno tiene que entender cuál es su sitio en la vida. Yo he probado de todo, a estar solo, con y sin discográfica y me considero una persona que mi genética musical está cerca de la industria discográfica. Pero he tenido que irme para darme cuenta, porque muchas veces piensas que tú eres el origen de todo y es mentira. Trabajar en equipo dentro de un proyecto como el mío es fundamental. Hay otros proyectos que son básicos que estén solos, aislados, que nadie interfiera, que nadie meta energía y que los saquen solos porque si no, no tienen nada que ver con lo que está al otro lado del receptor, ya sea móvil o televisión, y no van a entender ese mensaje. Pienso que es muy importante comprenderse a sí mismo y saber dónde estás y cómo lo quieres transmitir. En mi caso, llevaba 15 años en la industria, salí un tiempo y he vuelto a entrar otra vez con los brazos abiertos.

– “Una vez más” era una revolución en todos los sentidos, desde en la letra hasta los arreglos musicales. ¿Buscabas romper todos los estereotipos de tu pasado con este primer single?

– No buscaba nada, buscaba pasármelo bien haciendo la canción. De hecho, esta canción es una mezcla de dos canciones diferentes, la estrofa de una que se llamaba “No Quiero Besarte” y “Una Vez Más” que era otro tema distinto. Y de repente jugando un día, porque toda la música que a mí me gusta creo que sale así… jugando, nos pusimos a cantarla. A Tato Latorre que ha sido el productor y a mí nos encantaba el estribillo y dijimos joder!, nos falta una estrofa. No valía ninguna de las que teníamos y de repente probé con otras canciones, con cosas que tengo compuestas por ahí, que tengo guardadas en la recámara. Le colocamos esa canción (“No Puedo Besarte”) y pegaba perfecto. Y de ahí salió “Una vez más”. No fue intencionado, fue un accidente. Fue intencionado buscarlo pero que combinasen las piezas fue accidental. “Accidentalmente nos dejamos llevar“, como dice “Bestias”.

Esta noche hay una fiesta, te juro no te escapas de esta. ¿A quién iba dirigido?¿Qué personas son esas que no pueden faltar nunca en las fiestas de David Otero?

– Va dirigido a alguien que te quieres encontrar esa noche y que no sabes dónde está ni si te la vas a encontrar o no, si va a ir a esa fiesta o no, pero tú sabes que te la quieres encontrar. Nunca faltarían mis amigos o alguien que te despierte esa sensación, yo creo que las fiestas molan cuando hay alguien que te despierta algo, ya sea tu pareja o no. El motivo de que muchas veces las fiestas sean fiestones es precisamente ese, que hay mucha gente que tiene otra alrededor que le está motivando.

– El 3 de marzo comienza la gira de presentación del álbum, ¿estás nervioso?. ¿Lo tienes ya todo preparado o aún faltan detalles por cerrar?

– Sí, hoy empiezo los ensayos generales. Me voy a Almansa que es donde los vamos a hacer y estaremos allí cuatro días. Y sí te pones nervioso, porque no lo tengo todo preparado. Aún me faltan muchas, tengo todo muy avanzado, solo me falta darle el toque final, pero para eso están los ensayos y nos queda todavía una semana y media. Aún hay tiempo.

El inicio de la gira coincide con el entierro de la sardina de los carnavales, ¿es casualidad?

– Casualidad, me gusta, el entierro de la sardina mola. Tendré que repetir el entierro de “El Pescao”… Fue el día que dejé a “El Pescao” atrás, enterré una lubina porque no sé por qué miré en Internet y vi eso. Justo había decidido dejar ese nombre, así que me compré una lubina y la enterré en el jardín de mi casa como símbolo de se acabó.

Los lugares de la gira los han elegido tus seguidores a través de Shows On Demand, ¿tenías miedo de los destinos que pudieran haber elegido (no se vendieran entradas suficientes)? 

– No, porque al final era donde más votos había y donde la gente quería que estuviese. Han salido los lugares que creía que iban a salir. Todavía quedan entradas en muchos, de eso siempre tienes miedo la verdad. Siempre esperas que se agoten y si no se agotan estás ahí con el dolor de tripa hasta que llega el día del concierto y es cuando te dices: “pues nos faltan 100 entradas por vender, ¡qué putada!”, pero hay que tocar igual y hay que pasárselo igual de bien.

– ¿Y que no hubiera suficientes conciertos como para realizar una gira?

– No, porque en este caso no solo hacemos los conciertos de presentación, también los conciertos de verano donde nos contratan. Y de momento hay mucho movimiento pero claro, eso también depende de cómo vaya el disco, si estás o no estás, si se mueve el álbum y si tiene éxito o si no.

– En este disco reivindicas más que nunca tu faceta de autor, ¿te has planteado en algún momento una gira íntima tú solo con tu guitarra?

– Pues sí la verdad es que sí. Sí que me la he planteado, me gustaría, es algo que me molaría. No sé si con este disco, igual cuando acabe de presentarlo el invierno que viene me hago una gira yo solo a guitarra y voz. Creo que a la gente le interesaría verlo así.

– Y si hubiera sido al revés, y en vez de los fans eligieras tú, ¿cuál hubiera sido el lugar más original o raro que escogerías para dar un concierto?

– Uno de los sitios que más me gusta para tocar y donde ya he tocado es el Ewan Fest en Salinas. Es un festival que organiza un amigo en medio de un bosque y es precioso. Es alucinante, es como una especie de explanada allí en medio, todo rodeado de pinos y maravilloso. Uno de los lugares más mágicos para tocar. Quiero ir a tocar allí este año… si me invita mi amigo, claro.

– Y llegamos el segundo single, “Micromagia”. De pequeño querías ser cirujano y has acabado haciendo magia con canciones, ¿hemos ganado un buen músico o hemos perdido un mejor cirujano?

– Nunca lo sabremos, igual en la siguiente vida me toca continuar mi carrera como cirujano, que nunca empecé porque nunca he estudiado medicina. Creo que hemos ganado un buen músico, ojalá.

– ¿Crees en la magia? ¿Cuál sería el truco de magia perfecto?

– Sí, creo mucho. Poder hacer felices a las personas así con canciones, al final la música es un poco magia. Te permite transmitir algo y de repente la gente siente cosas con solo escuchar una melodía, una voz y una letra, es un poco mágico eso.

– Si tuvieras el poder de con un lápiz y un papel poder inventar lo que quisieras, ¿qué dibujarías?

– Yo creo que lo dice la canción, no crearía solo una cosa. Crearía un mundo entero, una especie de realidad, me encanta la fantasía, me encanta la ciencia ficción, me encantan las películas de “Star Wars”, “El Señor de los Anillos” y “Lego”. Creo que como dice la canción “dame un papel que te voy a inventar algo”. La música es un poco también mi medio para inventarme esas cosas y no quedarme en la realidad tal cual. Poder viajar un poco más allá.

– Has hecho de tu viaje de luna de miel un videoclip, ¿es cierto que estuviste a punto de cancelarlo por no tener cámara?, ¿te dio a tiempo a disfrutarla?

– Sí, el videoclip no el viaje. De hecho había cancelado el rodaje, lo rodamos entre mi mujer y yo. Estábamos esperando una cámara de fotos con la que íbamos a hacer el vídeo, una Sony Alpha 6300 que no me llegó el día que me la iban a mandar y me cabreé tanto que dije… pues no lo grabo. Luego hicimos escala en Doha y en ese mismo aeropuerto encontré la misma cámara, con el mismo objetivo y todo. Además, delante de la puerta de embarque desde donde salía. Pensé que si estaba allí era por algo, me la compre y lo hice. Y al final el vídeo tiene ya 200.000 visitas y solo lleva dos semanas en la calle. Está muy bien.

Yo disfruto haciendo esto. Me gusta mucho grabar y hacer vídeos. Mi mujer es fotógrafa y le mola mucho también. Nos lo tomamos de la siguiente manera, dijimos no nos vamos a agobiar, vamos a grabar lo que nos apetezca, cuando nos apetezca y si no nos apetece grabar nada, no lo grabamos. Y así fue, el día que no nos apetecía grabar no grabábamos y días donde de repente llegabas a un sitio muy bonito decíamos ah, aquí sí, vamos a grabar cosas. Al final te diviertes.

– El disco lo cierras con una canción, “David y Goliath”, ¿es una manera de reivindicar que con este disco has vencido todos tus miedos?

– No, es una forma de decir que la lucha está ahí. Yo creo que “David y Goliath” es una metáfora en forma de historia y se puede poner desde muchas perspectivas pero siempre estamos luchando en nuestra vida. Para mí Goliath es un poco el mundo, cómo está hecho, porque sí, ahí me retrato un poco con lo que estoy de acuerdo y en desacuerdo, lo que me afecta y lo que no, cómo he vivido mi infancia, cómo he aprendido a vivir, y sigue habiendo un Goliath siempre todos los días, entonces ahí está.

– Con “El Canto Del Loco” cumpliste casi todos los sueños posibles. ¿Que más te queda por cumplir o por hacer en el mundo de la música?

– Todos, yo creo que los sueños se van renovando y se van olvidando también. Cumplir sueños es un poco triste, creo que lo mejor es no cumplirlos para tenerlos siempre ahí… porque luego siempre quieres más. Cumplí algunos sueños con El Canto del Loco y todos los cumpliré ojalá cuando me muera.

–¿Echas de menos algo de aquella etapa?

– Es que tampoco la recuerdo como ¡ay, qué etapa!. Cuando me viene algo lo venero y me alegro mucho de haberlo vivido pero tampoco siento esa añoranza. Era muy distinto, nos lo pasamos muy bien, está claro que un proyecto en grupo es más divertido porque compartes muchas cosas, pero luego también hay muchas fricciones en la toma de decisiones. Cada uno tiene su criterio y hay que llegar a un acuerdo. Es como una democracia, cuando estás solo tienes la ventaja de que tomas tú las decisiones, pero tampoco tienes otro punto de vista.

–Tanto tiempo en los escenarios habrá dado para muchas anécdotas. ¿Cuál es el momento más divertido y el más amargo que has vivido sobre un escenario?

– La mayoría de las anécdotas que me hacen gracia las entendemos solo la gente que estábamos ahí. Es muy difícil salir de ese lenguaje de gira y que a alguien de fuera lo sienta igual. Probablemente las cosas que contaría solo te harían gracia si estuvieras dentro de ese grupo y has vivido todo eso.

Pero momentos de felicidad, de diversión hay muchísimos. Por ejemplo, de repente estar en un escenario tocando al lado de un río con mucho verde. Por León hay mucho bicho por la noche y cayó un escarabajo en el escenario enorme, ¡era una barbaridad!. Lo cogió uno de los técnicos con toda la mano porque era demasiado grande y me lo enseñó con las patas así moviéndose. Te pasan cosas que no te esperas, me he llegado a comer una polilla en medio de un escenario, al estar cantando y de repente, casualidades, se te mete en la boca.. Escupirla y seguir volando sin ni siquiera tocar el suelo. O cosas que te pasan con gente al quedarte tirado con la furgoneta. Mil tonterías que hacen de la gira algo divertido.

Y un momento amargo.. yo creo que casi ninguno. Todo lo que he vivido de ruta ha sido muy feliz.

– Ya para terminar, nos gustaría saber como es el día a día de David Otero más allá de la música, cuando no está rodeado de canciones.

– Me levanto a las 7.20 y llevo a mis hijos al cole. A las 8.30 estoy yendo al gimnasio, hago una hora de ejercicio todos los días y a las 10 llego a la oficina y me suelo tirar hasta las 21.00 más o menos para acostar a los peques y estar un rato con ellos. Hay días que si tengo menos curro me voy antes para estar más rato con ellos y los fines de semana, que no tengo curro, disfruto de los pequeños. Este fin de semana hemos ido al cine, he visto un partido de fútbol con el enano tumbado a mi lado, hemos jugado a los Lego…

– Gracias David por todo tu tiempo. Desde 100% Pop te deseamos lo mejor en esta andadura musical ¿Algo que quieras añadir o decir a nuestros lectores?.

– Gracias a vosotros y que sigáis haciendo muchas entrevistas.

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