“23”, el reencuentro de Ainoa Buitrago con su niña interior
La nostalgia es un sentimiento habitual en el ser humano. Recordar es volver a nuestras raíces, a esos momentos en los que vivíamos felices y sin preocupaciones. En ocasiones se convierte en un refugio, un lugar seguro donde abstraernos de la realidad. Pero para que esa añoranza del pasado funcione de manera positiva debe cumplir una condición: tiene que despertar al niño que todos llevamos dentro. Ese niño que nunca se cansa de soñar y que sigue viendo la vida de color de rosa.
Ese viaje en el tiempo que conecta de forma directa con nuestra infancia es el que nos propone Ainoa Buitrago en su último single, “23”. La madrileña compuso esta canción a esa edad, para abrazarse a sí misma y a su niña interior. Un acto de amor propio que representa su versión más auténtica, pura e inocente. Con una letra que no sólo recuerda momentos de su niñez. También representa abandonar la adolescencia para saltar a la edad adulta, a las responsabilidades y a la madurez.
Ese mismo recorrido es el que realiza el videoclip. Las imágenes son un flashback de la Ainoa niña, que transita entre canicas, aceras, balones y parques de su barrio. La artista madrileña nos transporta a estos recuerdos desde la mirada inocente que tienen siempre los más pequeños. Pero al mismo tiempo refleja también las preocupaciones que rondan la cabeza de los adultos. Una metáfora de que hay que recolectar el aprendizaje vivido para reconectar con el presente de la mejor manera.