Ana Cloch, «Conmover para mí no tiene precio»
Ana Cloch tiene su forma más natural de expresión en el baile, mientras que utiliza las canciones como un ejercicio de introspección en las que saca su lado más puro. La artista acaba de estrenar su nuevo single, “Si el río suena”, una balada acústica llena de emotividad que sirve de adelanto a su próximo EP, que saldrá a la luz próximamente. En esta entrevista nos cuenta más detalles acerca de este próximo lanzamiento, al tiempo que hacemos un repaso a toda su trayectoria.
Escucha la entrevista completa:
– Para la gente que no te conozca y que no haya oído hablar nunca de ti. ¿Cómo te presentarías a nuestros oyentes?
– Soy una persona adicta a la música, tanto lo que sería componer, cantar, bailar… y en el día a día es difícil que no tenga una banda sonora de fondo siempre.
– Y desde el punto de vista musical, ¿Qué dirías que tiene Ana Cloch diferente, de cualquier otro artista similar que podamos encontrar en el mercado?
– Mi música es una fusión entre afro y flamenco. Del flamenco toma mucho elementos, como la guitarra española, las palmas o el cajón y del afro toma el ritmo sobre todo. Las melodías son muy arábigas, como las saetas que me cantaba mi abuela de pequeña. Eso digamos es lo que sería Ana Cloch.
– Tu nuevo single es “Si el río suena”, una canción que habla de las falsas apariencias y lo fácil que es mostrar lo que otros quieren ver. ¿De dónde nace esta canción?
– Me lo has preguntado y se me ponen los pelos de punta. Esta canción nace desde hace mucho. Todo el mundo hemos sido víctimas en algún momento de que te prejuzguen con demasiada facilidad. Eso me pasaba tanto a mí como a personas que yo quería mucho, que me contaban historias cercanas y veía que sufrían, por ese juzgar fácil y ese inventar historias. “Si el río suena” es el típico refrán que nunca he compartido y que siempre he sentido que no se podía interiorizar. De hecho, es la canción que más me ha costado componer, porque me importaba mucho transmitir este mensaje.
– Juzgar antes de conocer es algo que se puede llevar también al mundo de la música, donde muchas veces a los artistas se les critica sin ni siquiera escuchar sus canciones. ¿Has sentido que te hayan prejuzgado a ti en algún momento sin darte una oportunidad?
– No me he encontrado una situación donde explícitamente me hayan prejuzgado. Pero supongo que a todo el mundo le ha pasado. Es algo innato y yo creo que la opinión de alguien es muy sana tenerla, pero hay que tener mucho cuidado a la hora de verbalizarla. Porque cuando verbalizas algo que es fruto de una opinión, sin ni siquiera conocer qué hay detrás de esa artista o en qué contexto está, la conviertes en algo de verdad. Y aunque todo el mundo hemos tenido una primera opinión de alguien sin conocerlo deberíamos reposar esa opinión hasta saber un poco más.
– Esta canción pone la primera piedra de lo que será tu primer EP, que llevará por título “Acción-Reacción”, ¿Por qué has elegido esta canción como primer single y no otra?
– En el EP hago una crítica irónica de situaciones de la sociedad o de comportamientos muy asentados que nunca he compartido. Y éste es con el que llevo más tiempo en desacuerdo y el que más tiempo llevo arrastrando. Siempre me había planteado empezar el primer proyecto cerrado de álbum o EP con él.
– Hay un cambio de registro, ya que por primera vez tocas un género como la balada en castellano, pero sobre todo deja patente mucha más madurez en la letra y más riqueza instrumental en la producción. ¿Es en conjunto la canción de la que te sientes más orgullosa hasta la fecha?
– Toda canción tiene un momento y una experiencia detrás. Pero sí que es verdad que esta canción siempre que la canto o la escucho se me pone la piel de gallina. Y mira que la habré escuchado veces… Eso ya habla por sí solo.
– Dices en tu nota de presentación que la letra ha sufrido muchos cambios desde que se compuso hasta la versión final. ¿Cómo era esa primera versión y en qué matices ha ido cambiando?
– Ha ido cambiando en palabras puntuales. La estructura y el contenido era más largo y he ido quitando. Incluso la producción original que hicimos con Noel Madueño era mucho más recargada y ha ido desnudándose. Cuando estaba ya con el lacito dije voy a hacer lo mismo que hice con la letra, quiero que sea mucho más simple. Y también la portada es igual de minimalista, muy de vete a la esencia y no la adornes mucho.
– El título viene a decir, salvando las distancias, que toda acción tiene sus consecuencias. ¿Crees que el karma existe y que acaba devolviendo a las personas tóxicas todo el daño que nos hacen?
– Yo creo mucho en el karma, pero aquí más que una respuesta creo en el karma orgánico y natural. No es que alguien me haga daño a mí y yo trate de devolverle ese mal. Pero estoy segura que la vida en algún momento le llevará a un momento parecido a lo que me ha hecho pasar a mí, aunque no seré yo la que se encargue de eso, será la propia vida en forma de acción-reacción. Es por tanto una respuesta meditada, sentida y hecha adrede en contestación a esas cosas sociales que no termino de aprobar.
– Este va a ser el hilo argumental del EP, ya que las demás canciones son también críticas ante comportamientos de la gente con los que no estás de acuerdo. ¿Aparte de las falsas apariencias, qué otro tipo de situaciones nos vamos a encontrar en él?
– Esa situación va a estar sobre todo en «Si el río suena». Es verdad que siempre hay un puntito de crítica en el resto, por ejemplo hay una que es una crítica al sedentarismo o a la apatía. Es decir una invitación a que la gente tenga inquietudes, a tener una pasión por algo que te pueda volver loco. Otras temáticas que trato es ese interrogatorio innecesario que te hacen al conocerte, a modo de sacar información sin sentido en vez de preguntarte cómo te encuentras o qué tal estás. Y luego hay una balada que habla de lo sano que es añorar tu tierra cuando estás lejos, porque no te tienen que importar las connotaciones políticas que pueda tener esa exaltación de donde naciste.
– La ironía está muy presente también en tu anterior single, “Don Juan”, ¿puede ser “ironía” una de las palabras que mejor defina tu forma de componer?
– La analogía y la ironía. Son las que introduzco como fórmula natural al componer.
– “Don Juan” parte de una mala experiencia vivida en una discoteca, ¿es autobiográfica?
– Sí, mis canciones son todas autobiográficas, tanto en historias como en emociones. Me estoy planteando empezar a componer sobre gente de mi círculo cercano, que me cuentan sus vivencias, sus experiencias o sus traumas. Voy acumulando esas historias que no son mías y habrá un momento de inflexión en el que dejaré de componer sobre mí y empezaré a hacer míos los sentimientos de otros.
– El “Don Juan” es un personaje literario pero por desgracia hay muchos más seductores inmaduros y machistas en la vida real que en los libros. ¿Es la música el altavoz más potente para denunciar este tipo de comportamientos?
– No sé si es el más potente, pero tiene la capacidad de ser un medio que conmociona. Y muchas veces los mensajes no llegan hasta que tocas a alguien emocionalmente. Así que la música para un caso así y para cualquier mensaje es el medio ideal para transmitir.
– Y cuando un artista compone una canción como esta, ¿Qué otra persona se identifique con la historia y le pueda servir para enfrentarse a futuros problemas, es el mejor regalo que le pueden hacer?
– Sin duda. De hecho esa es la razón por la que compongo. No hay ninguna otra más allá de lo que me hace sentir. Pero el sentido y la recompensa final de todo el proceso, cuando incluso hay baches y cuesta esfuerzo y dinero, es que alguien te diga gracias. Conmover para mí no tiene precio.
– Me ha llamado la atención que esta canción salió publicada en Noviembre, pero en cambio hemos tenido que esperar hasta marzo, el mes de la mujer, para tener el videoclip. ¿Ha sido casualidad o era una manera de potenciar aún más el mensaje de empoderamiento femenino?
– Ha sido casualidad. Generalmente casi todo lo que hago tiene un planning, pero luego hay circunstancias personales y momentos que hacen que salgas de la estrategia y te dejes un poco llevar por lo que la propia canción pide. En este caso me hubiera gustado que saliera antes pero precisamente salió en el momento en el que empezaba a escucharse más en Spotify. Fue una coincidencia preciosa sin intención.
– El sentimiento de empoderamiento sale a la luz también en otra de tus canciones, “De aquí sacadme ya” que se adentra en las emociones más intensas del ser humano. ¿Una canción directa y llena de honestidad como esta, llega más fácil de llegar al corazón de la gente?
– No sé si es la manera más fácil para uno mismo, porque te estás desnudando en cierta forma, pero es la que transmite más verdad. Y la verdad no engaña, y eso se capta.
– “De aquí sacadme ya” está escrita en primera persona, ¿hacia quién iba dirigido ese “sacadme”?
– Es una exclamación retórica donde no pides respuesta. Todo el mundo tenemos a nuestro alrededor personas necesitadas a falta de una mirada, de unas palabras de ánimo para salir de circunstancias difíciles. En mi caso era una circunstancia donde me alejaba de la música. Era salir de todo aquello que no me dejara estar cerca de ella.
– Las letras honestas nos invitan a explorar nuestras propias inquietudes. ¿Tiene la música para ti ese efecto balsámico que ayuda a combatir los demonios internos que tenemos todos dentro de nosotros?
– Sin duda. Yo creo que la música es el mejor psicólogo, el mejor café y la mejor tila. Es el remedio natural más reconfortante y la mano que te saca de todos esos sitios donde no quieres estar.
– La letra de “De aquí sacadme ya” invita a liberarnos de las ataduras que nos limitan y nos impiden ser quienes realmente somos. Un mensaje contra la no autenticidad que también estaba patente en este nuevo single que estamos presentando hoy. ¿Es una manera de cerrar el círculo?
– No cierro el círculo porque siempre va a haber un hilo conductor en todas las canciones. Incluso el álbum que vendrá después del EP me temo que no lo cerrará.
– Da la impresión que todas tus canciones están enlazadas de algún u otro modo. ¿Podríamos decir que son como pequeños fotogramas que van capturando los momentos de tu vida?
– Todos los artistas cuando crean, generalmente el inicio de la creación viene de momentos angustiosos. Es una vía de escape fundamental. Y mis momentos de mayor creatividad a la hora de componer en mis inicios cuando tenía 11 o 12 años venían así, de situaciones no agradables. Ahora la cosa ha cambiado, de hecho más adelante veréis que hay un cambio de rumbo. Pero la canción de «Cuánto nos queda aún» por ejemplo, nace de un momento muy complicado, porque estuve a punto de perder a mis padres. Y fue un momento difícil donde yo me quería agarrar a la esperanza.
– ¿Te cuesta mucho quitarte la coraza y sacar a la luz sentimientos tan profundos como este en las canciones?
– Me costaba. Por eso no me he metido en la industria o no he mostrado quién soy a nivel musical hasta tarde. De la misma forma que el baile para mí es algo que he hecho desde que tenía dos años en frente de público y sin ningún pudor, para mí cantar es como desnudar el alma. Es mostrarte mucho y yo soy una persona muy celosa de mi intimidad. Entonces me ha costado hacer ese clic.
– ¿Y no te da un poco de miedo desnudarte tanto emocionalmente, ya que estás enseñándole a los demás tu lado más vulnerable?
– La clave es la seguridad. Cuando estás muy segura de quién eres, de cómo afrontar las cosas y encima lo que haces es algo totalmente hecho de corazón y que a otras personas les puede ayudar, te hace poner y mostrar un poco más de ti.
– “Cuánto nos queda aún” es un grito de esperanza que utiliza la analogía de la enfermedad para concienciar del daño medioambiental que sufre el mar menor. ¿De dónde surge esta idea?
– Cuando mis padres estuvieron enfermos estábamos justamente ahí en el Mar Menor, y la persona que estaba más grave cuando se recuperó verbalizó que si no hubiera tenido esas vistas jamás hubiera podido sacar la fuerza para salir adelante. Eso coincidió con un momento en el que el Mar Menor sufría de falta de oxígeno y estaba en las últimas. Es un paralelismo de las dos situaciones. La canción estaba compuesta desde la esperanza de desear que una persona llegara a sobreponerse de su enfermedad y en el fondo era la misma esperanza respecto también al mar.
– El videoclip de “Cuánto nos queda aún” representó el primer proyecto visual de danza que tuvo lugar en el mar menor. ¿Qué significa para ti haber formado parte de este hito?
– Ha sido uno de los proyectos más costosos en todos los sentidos. Pero el más gratificante también ya que para mis abuelos que ya no están, para mis padres, para toda la gente que ama el Mar Menor y para la gente que a través de la música ha pasado por un mal momento, esa canción les ha removido por dentro. Les ha hecho llorar, pero con ese halo de esperanza que era lo que yo pretendía.
– El baile forma parte de tu vida desde muy pequeña. ¿En algún momento te gustaría llevar tu proyecto musical a otro nivel, donde el baile y las coreografías tengan más presencia?
– Sí. Mucha gente me decía que no me mostrara tanto bailando, porque no me iban a tener en consideración como cantante. Te lo llegas a replantear pero en el fondo no dejo de cantar porque baile, las dos soy yo. Si mi proyecto tuviera más magnitud y tomará una dimensión mayor sin duda el baile estaría muy presente.
– ¿Y a nivel personal, qué te aporta el baile que no te aporte cantar y componer, y viceversa?
– Bailar es el lado más salvaje, la parte más pasional. Y cantar es la parte más emocional. Hacer las dos cosas es la conexión de mí yo 360.
– Has dicho al principio que uno de los recuerdos más bonitos que guardas de tu infancia es tu abuela cantando saetas y tú bailándolas. ¿Qué le dirías a esa niña si la tuvieras ahora mismo delante después de todo lo que has vivido hasta llegar al momento presente?
– Le diría muchas cosas. Entre ellas que no deje que las opiniones ajenas influyan en las decisiones que tome.
– ¿Y en qué dirías qué más has cambiado desde esa niña que bailaba saetas a la Ana que está hoy aquí sentada presentando su nuevo single?
– Soy una persona muy sensible y la sensibilidad a veces puede sonar a debilidad. En mi caso he conseguido que la sensibilidad me lleve a captar muchos matices del día a día que a lo mejor se me escaparan si no tuviera sensibilidad. Son los famosos P.A.S. (Personas Altamente Sensibles) que definen en psicología. Podría decir que soy una persona con una alta sensibilidad reconducida totalmente y a día de hoy diría que siento que voy a conseguir ser fuerte a pesar de esas sensibilidades.
– Ya para ir terminando, por si alguien ha llegado hasta aquí y aún se encuentra indeciso. ¿Cómo le convencerías para que se pare a escuchar tu música y tus canciones?
– No me gusta convencer sobre algo mío. Pero diría que mi música es muy distinta, muy sincera y sobre todo creo que esta canción, “Si El Río Suena”, marca un antes y un después. Es difícil que no te conmueva.
– ¿Algo que te haya faltado por decir y quieras añadir, algún enlace donde te pueda seguir la gente?
– Me pueden seguir en Instagram, Tik Tok, Spotify y Youtube. Yo llevo las redes, así que me pueden dejar cualquier mensaje sobre mis canciones o sugerencias.
¡Cómo disfrutamos leer estas notas musicales!, nos encanta saber que hay quienes aprecian y apoyan los reales talentos, como el de Ana, cuya voz nos deleita y combina muy bien con letras profundas y música extraordinaria.
Y si de talento hablamos, venimos a compartirles novedades talentosas de buena y nueva música, sabemos que les gustará…
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