Tamara, «El motor de mi carrera es mi público»
Tamara sigue celebrando 25 años de carrera con una gira que cuenta con cuatro formatos diferentes: piano y voz, eléctrico, sinfónico y únicos. Su pasión por el bolero y su entrega en cada interpretación han convertido a la cantante sevillana en una de las figuras más representativas de la música romántica en español. Hablamos con ella de su próximo disco, de la nueva etapa profesional que esta afrontando actualmente, de estos veinticinco años llenos de éxitos y de sus proyectos futuros.
Escucha la entrevista completa:
– Tu nuevo single es «Por debajo de la mesa», un éxito atemporal compuesto por Armando Manzanero. ¿Qué tienen los boleros que son capaces de evocar tantos sentimientos juntos?
– Yo soy una cantante melódica romántica y se nota bastante que la niña de mis ojos es el bolero. De ahí viene mi pseudónimo. Dentro de lo melódico hay muchas vertientes que gracias a Dios he podido ir haciendo. Pero este «Por Debajo de la Mesa» es especial. Es un regalo que quería hacerle el día de mi cumpleaños a mis fans, la he cantado siempre en todas mis actuaciones, pero nunca la había grabado en estudio. Me parece un detalle muy bonito. En vez de regalarme ellos a mí algún regalo como todos los años, esta vez he sido yo la que he querido sorprenderles a ellos.
– Esta es una versión interpretada únicamente a piano y voz. ¿Las canciones así de desnudas son la manera más directa de llegar al corazón del oyente?
– Siempre. No sé que es lo que tiene sobre todo el piano, que llega más. Yo tengo tres formatos diferentes en mi gira. Uno de ellos es el íntimo, a piano y voz, donde canto hora y media ante el público totalmente al desnudo. A mí ese formato me fascina porque es muy de piel, de sentimientos. Luego tengo el formato eléctrico que es mucho más pop, divertido y ameno. Y luego hay uno que también es bastante especial que es el sinfónico. Mi estilo tiene cabida para hacer todos esos tipos de formatos.
– Gabriel García Márquez dijo de esta canción cuando la escuchó por primera vez que era sinónimo de poesía. ¿Tú cómo la describirías en pocas palabras?
– Por debajo de la mesa es emoción. Es pasión y amor en estado puro, es deseo. Yo creo que tiene muchas palabras para describirla. Cuando la canto siento sensaciones de ese amor prohibido a veces difícil de conquistar. Un amor latente, que está ahí, que cuando es correspondido es una explosión de sentimiento puro. Armando Manzanero dejó este legado entre muchas canciones, baladas y boleros que son increíblemente preciosas. La verdad que dio con la clave al hacerla para Luis Miguel.
– Hace dos años el bolero fue declarado Patrimonio Cultural por la Unesco. ¿Qué porcentaje de lo que es hoy Tamara como artista, dirías que le debes a este género?
– Yo he dedicado toda mi vida a lo melódico y sobre todo al bolero. Desde que era una niña he cantado canciones de Rocío Dúrcal y Ana Gabriel. Es algo que te nace, que lo escuchas, te brota y dices, esto es lo que quiero. Me pasó cuando escuché a Luis Miguel por primera vez. Tenía clarísimo que ese quería que fuese mi estilo.
– Algunos artistas urbanos han reinventado géneros populares como el flamenco o la copla para traerlos a un sonido más actual. Si alguien hiciera lo mismo con el bolero, ¿sería un sacrilegio para ti o podría ser una forma de acercar un estilo con tantos años de historia a los jóvenes?
– Luis Miguel, Cristian Castro o yo ya actualizamos el bolero en su día. Lo interpretábamos diferente a como lo cantaba Olga Guillot, Lucho Gatica o Los Panchos, y en ese sentido lo hicimos rejuvenecer cantándolo de otra manera diferente. A mí me encantaría que vinieran generaciones nuevas a cantar no solamente boleros, sino baladas espectaculares, mariachi, tangos argentinos, vals peruanos… estilos de música que tanto llenan los corazones y que tienen mucho que decir y que aportar. El bolero es un estilo, como el flamenco y la copla, que son de raíz. No se pueden perder. Si los quitas es como si a un árbol milenario de repente le arrancaras las hojas. No se puede.
– Las letras de los primeros boleros iban ligadas a estados de tristeza o melancolía y poco a poco han evolucionado hasta ser uno de los géneros más románticos. Si tú tuvieras que decantar la balanza hacia uno de los dos lados, ¿dirías que es un género más para cantarle al amor o al desamor?
– A mí me encanta cantarle al desamor, te llega más al alma. Pero igualmente cuando cantas al desamor estás cantándole a un amor que has perdido o que no has logrado. Al fin y al cabo también es amor, pero te rompes más en el escenario.
– El año pasado cumpliste 25 años de trayectoria, ¿Cómo se consigue sobrevivir tanto tiempo en una industria tan dura como la musical, donde prima tanto la inmediatez?
– Trabajando muchísimo y teniendo muy claro que esto es lo que quieres hacer. Aquí no hay horarios, es un trabajo de pico y pala, de evolucionar constantemente para mantenerte y que con los años digas, he dejado un legado.
– ¿Sigues manteniendo la misma ilusión del primer día cuando te subes a cantar encima de un escenario?
– Al cumplir 40 años el año pasado, dije, Tamara tienes que dar un giro de 360 grados a tu vida, cambiarla en todos los aspectos. Y la verdad es que me he vuelto a enamorar de mi profesión. He resurgido y renacido como el ave fénix. Lógicamente en la vida no todo es siempre maravilloso, pero si haces un balance, siempre lo bueno va a pesar mucho más que lo que no es tan bueno. Todo el mundo nos caemos, lo importante es cómo te quieras levantar luego de esa caída.
– ¿Y en qué dirías que más ha cambiado musicalmente la Tamara que lanzó gracias hace 25 años de la que está hoy aquí sentada presentando su nuevo single?
– Lo más importante es que la esencia no se ha perdido. Lo que eres no cambia, lo que cambia es tu madurez, tus experiencias, lo que vives. La gente vamos evolucionando con los años y el cuerpo nos va pidiendo otra manera de vivir dependiendo de la edad. Y si uno no pierde lo que es, va a madurar de una manera mucho más sana, porque su epicentro y su paz interior siempre van a estar ahí.
– ¿Alguna vez te han entrado ganas de tirar la toalla?
– Sí, eso le pasa a todo el mundo, no creo que sea a mí sola. Ahora estoy en un momento maravilloso. Es como si los cuarenta se hubieran convertido en los veinte otra vez, pero con más sabiduría que es todavía mejor. Ha habido épocas malas, pero yo me levanto por la mañana y siento que soy una mujer afortunada, que hace lo que más adora y ama en esta vida que es cantar. Y encima vive de ello.
– ¿Qué dirías que es más importante para superar esos momentos oscuros, saber reconocer las vulnerabilidades o dejar los egos de lado y pedir ayuda cuando la necesitamos?
– Todos somos vulnerables y quien diga que no está mintiendo. Eso no nos hace menos, al contrario, nos hace ser mejores. Lo importante cuando llega ese momento es darte cuenta tú mismo de que te está pasando algo y necesitas ayuda. Ahí es cuando te pueden coger de la mano y rescatar. Es más fácil salir así.
– ¿Ha sido la música tu mejor terapia?
– La música y mis hijos. Yo soy una mujer independiente, fuerte, empoderada, decidida, muy echada para adelante… todos los adjetivos que me quieras poner, y aún así necesito tener pilares. Primero son mis hijos, luego vienen mis padres, familia, amigos y personas que te quieren de verdad. Y después está la música y la gente que me sigue desde que empecé. Tengo un manager y un equipo maravilloso, personas que se han convertido en familia porque convivo mucho con ellos. Y no hay otra fórmula. Si alguno de esos pilares se derrumba yo empiezo a cojear también.
– Este renacer musical lo materializas en un nuevo disco que verá la luz próximamente. ¿Qué objetivos te has puesto por delante con este álbum? ¿Te has fijado alguna meta?
– No, tengo metas diferentes de cuando era joven. No son metas de éxito, quizás porque el éxito ya lo he saboreado. Son metas de intentar no perder la ilusión y las ganas nunca, de seguir cantando, de seguir grabando, buscar qué canción, qué sonido. Eso es lo que me sostiene para estar en la música.
– Antes de sacar un trabajo como éste en el que te dejas literalmente el alma, ¿te da vértigo que la gente no reaccione a él luego como tú esperas?
– Eso es magia. Tú no sabes lo qué va a pasar nunca. Aunque mis discos nunca han pasado desapercibidos, algunos han tenido un éxito abrumador y otros menos. La música es así y te tienes que mentalizar, porque esto es una montaña rusa. Si no estás preparado para eso, no estás preparado para estar dentro de la industria.
– «Un paso más», otra de las canciones que has lanzado este año está llena de mensajes empoderados, ¿es una declaración de intenciones de que la nueva Tamara no le tiene miedo a nada?
– Es una declaración de cómo se encuentra Tamara actualmente. Esta canción sí que tiene que ver mucho conmigo y está hecha totalmente para mí. Es una letra de renacer, con optimismo, para que la gente tenga ganas de decir «aquí estoy con todas las fuerzas». Es mi filosofía, siempre hay que dar un paso más en la vida, nunca hay que retroceder ni mirar atrás. Hay que ir para adelante, siempre.
– Un paso más es también una muestra de que Tamara no es solo una cantante de boleros, ¿te da rabia que haya gente que te encasille solo en este género cuando has demostrado a lo largo de tu trayectoria ser una artista mucho más versátil y polifacética?
– No, es como si eres la reina de algo y te quitan la corona. En algún momento se la tendré que dar a otra persona, pero de momento me la quedo. Un artista, cuando inicia una carrera, tiene que saber qué es lo que va a ofrecer. No puedes estar dando bandazos. Y la gente que compra una entrada de Tamara sabe perfectamente que es lo que va a venir a escuchar. Sabe que no hay solamente boleros y que también tengo éxitos como «Herida de Amor», «Celos» o «No quiero nada sin ti». Es como Luis Miguel, él para mí sigue siendo el rey del bolero, pero eso no significa que no cante otras cosas. Dentro de lo melódico romántico hay muchas vertientes que podemos hacer.
– Veinticinco años dan para mucho, ¿Cuál es el recuerdo más bonito que guardas de todo lo que has vivido?
– El primero fue conocer a Bebu Silvetti, que era el productor de los más grandes en ese momento, como Alejandro Fernández, Rocío Dúrcal, Marco Antonio Solís o Ana Gabriel. Pude hacer mi primer álbum con él y me enseñó muchísimo, pero se fue muy rápido de mi vida. Y me dolió en el alma perderlo tan pronto. Después he tenido momentos increíbles, como conocer a Juan Carlos Calderón, a Armando Manzanero, cantar con Cristian Castro, Juan Gabriel o Marco Antonio Solís en el Auditorio Nacional. Cosas impresionantes que cuando eres niña ni te lo imaginas. Y uno de los días más bonitos dentro de estos 25 años fue conocer a mi referente musical que es Luis Miguel.
Por eso digo que soy una privilegiada, porque mi profesión me ha regalado momentos muy buenos. No solo eso, también viajar con mi gente, ir a otros países, conocer otras culturas, gastronomías, abrir la mente y tener más conocimiento. La verdad, tengo que darle gracias a esta profesión por todas las cosas que he vivido, cosas que a lo mejor cualquier otra persona no podrá vivir jamás en su vida.
– Últimamente está muy de moda llevar la vida de los artistas a la gran pantalla, si te propusieran hacer un documental que repasara estos 25 años, ¿aceptarías?
– 25 años es muy pronto. Yo creo que vamos a darle 10 años más a Tamara a ver qué pasa, seguramente tendría más cosas que contar.
– ¿Te costaría mucho quitarte la coraza y enseñarle al mundo tu lado más vulnerable?
– No, creo que se me nota que soy sincera, blanda y muy natural.
– Si tuviéramos que ponerle banda sonora a ese documental, ¿Cuál sería el bolero perfecto para ti?
– Eso es muy complicado, aunque quizás sería «Si nos Dejan», el primer éxito de Tamara.
– En febrero cantaste en el Teatro Cervantes de Almería, un escenario que ya pisó tu abuelo, ¿se siente una energía especial en ese tipo de conciertos?
– He pisado varios ya. Es lógico, hay teatros que tienen mucha solera y se siguen hoy en día manteniendo. El legado está ahí, con mi propia personalidad y siendo yo. Te ilusiona, te emociona. Pero no hay comparación. Él era un artista de los pies a la cabeza, único, con una voz extraordinaria y diferente. Los genes están ahí y siguen dentro de mi persona, no me los puedo quitar. Y no solo por parte de él, también por parte de mi madre o mi abuela, una de las más grandes bailaoras de flamenco.
– Eres de las pocas solistas españolas que cuenta con un disco de diamante. ¿Le das valor a ese tipo de reconocimientos o es mayor premio que 25 años después sigas al pie del cañón?
– Es mayor premio decir aquí estoy 25 años después y que un público se levante, se ponga en pie y te aplauda. Eso es mucho más grato, aunque siempre es bonito que reconozcan tu esfuerzo y no puedes hacer desprecio a algo que te ofrecen con todo el cariño. Pero realmente el motor de mi carrera es mi público.
– Ya para ir terminando, aparte de este nuevo disco y de esa gira prevista para el año que viene, ¿Qué otros proyectos tienes en mente para lo que queda de 2025?
– Seguiremos desgranando el disco hasta el 14 de febrero del año que viene. A partir de ahí vamos a hacer dos años de gira que terminarán en diciembre del 2026. No puedo mirar más que a ese futuro que ya está cerrado.
– Muchas gracias por estar hoy aquí con nosotros, te deseamos toda la suerte del mundo en esta nueva etapa y con tu nuevo disco, ¿algo que quieras añadir y que te haya faltado por decir?
– Nada más. Espero que mi gente esté atenta a las redes sociales, habrá muchas sorpresas por ahí. Seguro que este disco lo van a disfrutar mucho.