Judith Mateo y Chuse Joven arrasan en la Joy Eslava

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Judith Mateo y Chuse Joven arrasan en la Joy Eslava

Nos es complicado ponerle adjetivos a Judith Mateo y a sus proyectos, ya que es una mujer sin etiquetas pero siendo fiel a su despunte y esencia.

Radiestesia es su séptimo trabajo discográfico lanzado recientemente casi a la par que la publicación de su primer libro: “101 canciones con las que te ligarías a cualquiera” siendo fichada por la Editorial Planeta. Cosa que le ha llevado a realizar una intensa gira con su correspondiente promoción por radios y televisiones de lugares como Andorra, A coruña, Uruguay, Buenos Aires, México, Chile, Bogotá, Colombia y un largo etc… donde irá sumando fechas y lugares en este 2019.

Han sido meses muy fructíferos para la conquense con raíces asturianas al ser también premiada por Mariskal Rock a la mejor instrumentista femenina. Compaginó los escenarios formando parte del jurado en el programa de la 2 “Clásicos y Reverentes” así como también, apostando por músicos de todo el mundo a través de su programa radiofónico, donde es locutora y presentadora en “El alma de Judith” Cmm (Castilla-La Mancha media).

Después de toda esta marabunta mediática, la violinista quiso hacer una parada en Madrid el pasado sábado 16 de febrero, pero no podría ser en un sitio cualquiera y escogió una de las salas más emblemáticas de la capital, más concretamente la sala Joy Eslava.

Hace años que comparte escenario con el vocalista Chuse Joven, que por cierto, también ha estrenado su primer disco homónimo. Con los dos en cartel, el menú estaba servido pero nunca sabemos hacia dónde nos llevan estos dos titanes del panorama musical.

Chuse abrió el concierto con una fuerza desbordante cual sombrerero loco, presentándonos los temas de su ya mencionado álbum donde nos gustaría destacar: “Tiempos de libertad”, “Saltemos al vacío”, “Pasión”, “El bufón” o “La hora ya llegó”. Letras que no nos dejaron indiferentes por sus claros mensajes reivindicativos, otros con pinceladas de erotismo donde junto a una acertada composición, el zaragozano se recreaba en sus diferentes registros vocales pasando con soltura de los graves a unos tremendos agudos, sabiendo combinar lo más movido con lo más pausado ya que de no ser así, al público expectante y entregado le hubiese faltado la respiración con tanta adrenalina provocada por la complicidad y exaltación que Chuse supo transmitir desde el minuto cero.

Pobres ilusos nosotros los asistentes pensando que el plato principal ya casi lo habíamos devorado. Hasta que apareció Judith, nuestra protagonista, junto a Chuse con “malagueña salerosa” tema que inevitablemente a muchos de nosotros nos recuerda a una de las mejores escenas de la película Kill Bill (vol.2) y a otros tantos, al salto a la fama siendo todavía un niño del cantante Luis Miguel que volvió a estar en la palestra por la serie biográfica de Netflix. Sea como sea, la versión de nuestros dos artistas fue todo un deleite que cómo no, y como sólo saben hacerlo los músicos de verdad, gana aún más si cabe en pleno directo.

Judith ya había salido para quedarse entre numerosos medios de comunicación y fotógrafos que se amontonaban para captar cómo se “emborrachaba” tocando. Y hablando de quedar, valga la redundancia, atónitos nos quedamos cuando de la nada comienza a escucharse una voz lírica, mezclándose con el Rock gótico, no era otra que una de las artistas invitadas, Angélica de la Riva mostrando todo su potencial con el tema “Bring me to my life” canción original del grupo “Evanescence”.

Siguiendo con los artistas invitados, siempre se agradece y no sabéis cuánto ni de qué manera, la presencia de José Carlos Molina, componente del grupo Ñu que cual flautista de Hamelín con sus aportaciones, también nos hace descender hacia un río, en este caso, al caudal donde no tiene cabida la prostitución musical.

También formaron parte del evento Fernando Ponce De León enriqueciendo enormemente con gaita entre las manos, el soberano espectáculo de bailes, emoción y saltos. Entre juegos de luces que también danzaban entre sí, levantando incluso a los más tímidos ubicados en los palcos.

No hubo entrantes, todo fueron platos fuertes, tanto es así, que hasta se unieron al espectáculo los chicos de Boikot. Y todo casi de una, pero muy lejos de empacharnos. La banda, el equipo, los invitados y los protagonistas lo dieron absolutamente TODO, así en mayúsculas. Y eso se palpa y eso se VIVE.

También nos gustaría destacar el cuidado estético de los pequeños detalles en lo global: vestuario, visuales, sonido, profesionalidad y sobre todo y ante todo el AMOR por la música. ¿Dónde si no podríamos mezclar Celta, Rock en sus distintas vertientes, Folk o Heavy Metal?

Judith siempre nos mostrará el camino y las señas…

Crónica realizada por Soco Cordente

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