«Rojo es peligro» es el nuevo trabajo de Nudozurdo
«Rojo es peligro» es el nuevo trabajo de Nudozurdo. Aunque su esencia se mantiene casi intacta, en este, su cuarto álbum, la banda abandona su faceta más metafórica. Y se adentra en los sonidos sintéticos, ritmos más marcados y ciertas dosis de psicodelia. El gusto por lo oscuro y lo perturbador sigue latente, las canciones respiran con precisión, y los sintetizadores, brillan y hacen relucir todo el conjunto.
El álbum puede descolocar de primeras a más de un oyente, y más si se está acostumbrado al sonido característico de los discos anteriores del grupo madrileño. Nudozurdo realizan un intento de querer llegar a un público más mayoritario, sacrificando por el camino la oscuridad reinante para potenciar en su lugar una vena más asequible.
Tiene su lógica que, para el cuarto disco del grupo, su artífice, Leo Mateos, quisiera aprovechar todas las experiencias positivas que ha vivido con Acuario, su proyecto en solitario. La de trabajar con los sintetizadores, la de alejarse del local de ensayo, la de contar con Ricky Lavado (Standstill) a la batería y la de producirlo con Karim Burkhalter. Su logro ha sido renovar Nudozurdo sin disipar su contundencia.
En la búsqueda de un sonido clásico, analógico y cálido como el rojo de título y portada, las intensidades, más que cambiar de pie, se distribuyen. Y la voz pasa a un plano superior, dejando espacio para que el aire corra entre las melodías.