El océano de Marcos Cao brilla con fuerza sobre El Sol
El jueves Marcos Cao realizaba la primera inmersión en su particular Océano. Lo hacía en una Sala Sol repleta de público. La noche fuera era fría, pero eso no impidió que la reconocida sala madrileña se llenara de calor en su interior. Cao apareció en el escenario con bastante puntualidad, rodeado de sus fieles compañeros de viaje: a la guitarra Juan Díaz-Terán, Toni Barceló a los teclados, Iván García en el ukelele, Mario de Inocencio al bajo y Raúl Delgado en la batería.
Había expectación por ver cómo iban a sonar las canciones en directo. Y el concierto no defraudó. Comenzó por todo lo alto, con la introducción instrumental de “El Espejo” y su consiguiente explosión de sentimientos. Marcos ya nos avisaba de que era el momento perfecto para dejar los problemas y preocupaciones fuera de la sala y empezar a bailar, saltar y gritar como nadie. Y así lo hicimos.
Una tras otra, el cántabro iba desgranando con maestría los temas de “Océano Caos“, su álbum debut en solitario. El concierto fue de menos a más, haciendo vibrar de verdad al público al final del mismo con los temas más potentes. Marcos se centró principalmente en este nuevo disco, sin apenas pausas. No obstante, también hubo un guiño para los nostálgicos de La Sonrisa de Julia que corearon y disfrutaron como niños con los estribillos de los ya clásicos “Puedo” o “El Hombre que olvidó su nombre“. También hubo sitio para los momentos íntimos, en los que incluso pudimos disfrutar de una versión del “Wicked Game” de Chris Isaak.
Centrándonos en el espectáculo, es evidente que Marcos Cao cuida el directo y lo mima hasta el último detalle, pero más allá de la puesta escena lo que deja claro es lo minuciosamente elaborado que resulta su nuevo trabajo. Emotivo, enérgico y con trasfondo desde la primera hasta la última nota. Temas como “Mi lugar sin ti” o “Nadie es quien dice ser” derriten a los más escépticos, mientras otros como “Partículas“, son capaces de revolucionar el corazón de los más frívolos. Aunque el gran momento de la noche llegó con “Mil Años“, actual corte promocional de “Océano Caos”, con el cual el público se dejó la voz, ayudando a la de Marcos a recorrer cada rincón de la sala, literalmente.
Al final del concierto, Marcos y su banda se despidieron de una audiencia agradecida por la calidad ofrecida. Si sigue con esta misma entrega, tenacidad y sencillez no nos cabe duda que a Marcos Cao le espera un futuro muy prometedor. No defraudó a ninguno de sus incondicionales. Y su directo, ahora en solitario, su sensibilidad artística, su talento y la magia que es capaz de crear sobre un escenario, enamora.