El viaje de Amparo Sánchez, de Amparanoia a Mama África
Desde su experiencia y su ámbito, Amparo Sánchez aporta a la dignidad y esperanza de miles de mujeres que buscan un presente y un futuro mejor. La cantante y compositora del grupo Amparanoia viajó el pasado mes de julio al Congo junto a una delegación de la ONG Alboan para conocer a mujeres que luchan y trabajan por sus derechos. Fruto de ese viaje llegó a la ciudad de Goma, donde a más de 5.000 kilómetros de distancia descubrió el proyecto “Synergie“, una red formada por varias asociaciones locales dirigidas por mujeres que luchan juntas contra la violencia sexual en ese país y en todo el mundo.
En el ánimo del grupo había una causa común: sumergirse en el corazón sangrante de África, en la región de Kivu Norte para confrontar uno de los mayores dramas de nuestros tiempos y así poder contarlo y cantarlo. Un drama que supone la violencia sistemática y generalizada contra las mujeres en el contexto de un conflicto armado que se perpetúa desde hace más de veinte años. Y es que, en el Congo, la violencia sexual ejercida contra mujeres y niñas se ha convertido en un arma de guerra para silenciar a la población civil, cifrándose alrededor de 40 violaciones diarias.
La organización “Synergie” nace para hacer frente a esta situación, con el objetivo de fortalecer las capacidades individuales para, conjuntamente, trabajar en el desarrollo de los derechos humanos de todos los ciudadanos de la sociedad congoleña, especialmente los de las mujeres, los discapacitados, los indígenas, sus tierras y sus comunidades.
Amparo demuestra con su labor que es una mujer potente e incansable. Ligada a la denuncia y a la lucha por los derechos humanos, en especial los de las mujeres, la artista ha dedicado a este proyecto un tributo solidario titulado “Mama Africa“, una canción que evoca el dolor, pero sobre todo el coraje y la esperanza de las mujeres que fue encontrando a su paso durante este viaje, entrañable, perturbador y vital. Mujeres víctimas, pero mujeres luchadoras.
La canción nace así del deseo de “compartir ese sentimiento, de contar algo que se mueve por dentro” cuando uno vive ‘in situ’ la “fuerte” realidad de este país. La pieza está acompañada de un vídeo, “Diario de un viaje al Congo“, fruto del periplo que emprendió a la región para inspirarse y conocer de primera mano la situación que viven allí las mujeres congoleñas.