Muere Alain Milhaud, el productor que modernizó el pop español
Alain Milhaud, responsable del lanzamiento internacional de Los Bravos y descubridor de otros muchos artistas de los 60 y 70, como Pop Tops, Canarios, Mar Bonet o Hilario Camacho, ha fallecido este martes a los 87 años de edad, víctima de un tumor cerebral. Milhaud se esforzó en la internacionalización de la música pop española y fue una figura clave de la producción musical en la España de los años sesenta, estando detrás de éxitos como «La moto» de Los Bravos, «Get on Your Knees» de Canarios, «Mammy Blue» de Pop-Tops o «El garrotín» de Smash.
El legendario ingeniero de sonido fue siempre un hombre discreto con poca proyección en los medios de comunicación. Fundó una empresa propia, la Compañía Fonográfica Española, y también gestionaba el repertorio musical de Bocaccio Records, la vertiente discográfica del pequeño emporio barcelonés vinculado a la sala Bocaccio. Nacido en Ginebra, ya desde su juventud dio muestras de su capacidad de iniciativa e inspiración artística. Su familia permaneció en Suiza durante la Segunda Guerra Mundial, lo que le permitió estudiar en el conservatorio. Allí ejerció como director de una de las muchas orquestas que animaban las soirées europeas más cultas.
Alain dominaba todos los resortes de la grabación tanto desde el punto de vista técnico, como musical y humano. Le encantaba explorar y probar sonidos nuevos. Los Bravos de la primera etapa fueron una creación suya casi por completo, como lo prueba el hecho de que tras la salida de su vocalista Mike Kennedy se convirtieron en una sombra de su fulgor internacional. Milhaud planeó para ellos un lanzamiento internacional con el uso del inglés como lengua dominante y una estética arriesgada. Se recurrió a la Decca británica, que pidió material made in England. Así surgió «Black is black«, grabado con músicos londinenses y que fue un éxito en todo el mundo.
Fue el rey midas del pop español. En su haber hay cantautores, jazz, rock, grupos experimentales… Probó suerte primero en Belter, sello estéticamente no muy exigente pero sí muy activo en el campo de la canción española. Más tarde se trasladó a Madrid, llamado por Columbia, la más veterana de las discográficas. Con la bendición de Eddie Barclay, un hombre poderoso del negocio discográfico francés, montó su propia compañía e intentó repetir el éxito de Los Bravos con otros grupos que cantaban en inglés, como Canarios y Pop-Tops. Olfateaba al instante las canciones con posibilidades comerciales y se apresuraba a adaptarlas al español. En otros casos, detectaba el éxito en potencia y si estaba libre de derechos editaba la grabación original.
En una industria subdesarrollada como era la española a comienzos de los sesenta, Alain Milhaud irrumpió con una manera de hacer las cosas y una filosofía de la grabación absolutamente nueva y revolucionaria, a imagen y semejanza de los productores anglosajones. Su último hito rockero fue haber tratado de meter en cintura a unos descontrolados Smash cuando éstos se presentaron en la capital catalana para grabar un disco de fusión entre el flamenco y el rock. Otros artistas a los que produjo fueron Massiel, Pegasus e Iberia. Cn estos últimos realizó «Flamenco Challenge» (1990), la primera grabación digital en 48 pistas realizada en Madrid.