«Cambio de Estrategia», el sonido auténtico y visceral de Mute
La pandemia y la crisis sanitaria derivada del Covid-19 ha cambiado nuestra manera de percibir la realidad. Nos hemos distanciado socialmente, hemos aprendido a vivir con miedo, pero sobre todo, hemos sido conscientes de nuestra fragilidad. Quien más y quien menos ha visto alterada su salud mental a causa del coronavirus: estrés, ansiedad, miedo, depresión, tristeza… todo tipo de emociones negativas que nos han hecho reflexionar sobre nosotros mismos y sobre como ha reaccionado el ser humano ante esta situación extrema.
Estas reflexiones y pensamientos son el punto de partida de «Cambio de Estrategia«, el nuevo single de la banda alicantina Mute. La letra apela a la acción, a rebelarnos ante esas marionetas guionizadas en las que nos convertimos al escuchar la opinión de los medios de comunicación, políticos y periodistas. Ante esta manipulación la única salida que nos queda es vivir. Este canto optimista es el cambio de actitud que nos propone Mute: mirar hacia adelante, no perder jamás el rumbo y aprovechar al máximo la vida para seguir creciendo.
Apenas tres ensayos bastaron para dar forma a una canción que mezcla espontaneidad y premeditación a partes iguales. Carlos Hernández ha sido el responsable de la grabación. El productor madrileño deja su sello en un sonido auténtico, visceral, directo y sin concesiones. Una nueva sonoridad que supone además un paso adelante diferenciador respecto a los anteriores trabajos de los alicantinos. Basado en un ritmo contundente, una atmósfera sugerente y una instrumentación cuidada hasta el mínimo detalle.
El videoclip parte del metraje rodado en Tokyo por el bajista de la banda durante su estancia allí a causa de la pandemia. Esta elección no es casual. El país nipón tiene una filosofía de vida que explica que, frente a las adversidades y errores, hay que saber recuperarse y sobrellevar las cicatrices. Esta actitud contrasta con el mensaje de la canción, que aboga por buscar nuestro camino con la mirada al frente. Sin apelar a una narrativa épica, simplemente porque es la actitud más sana dentro de un entorno cada vez más hostil.