Pablo Hinchey, “La vulnerabilidad es algo que hay que abrazar”
La música ha encontrado su lugar en los quirófanos como una herramienta terapéutica muy valiosa. Pablo Hinchey conoce de primera mano esas propiedades terapéuticas, ya que la música y la cirugía son sus dos grandes pasiones. En esta entrevista nos abre la puerta a su lado más personal, al tiempo que nos presenta su universo musical, un espacio muy heterogéneo donde las canciones están compuestas con un único objetivo, que a cada uno le ayuden de la manera en que lo necesite.
Escucha la entrevista completa:
– El 80% de los artistas que vienen a presentarnos un proyecto de canción de autor son mujeres. ¿Por qué les cuesta tanto a los hombres abrir su corazón al público?
– Es la misma razón por la que a tantos hombres y a tantos chicos les cuesta expresar sus sentimientos. Es un estado social, una tónica de la que desgraciadamente no hemos salido, aunque sí hemos avanzado mucho en los últimos años. Y creo, que eso va ligado a que las canciones que expresan cosas que no son cómodas de decir, no las van cantando los chicos. Pero bueno, aquí estamos algunos para romper esa tónica.
– Aute decía que ser cantautor es la mejor manera de vivir en libertad sin hacer daño a nadie. ¿Qué significa para ti componer y escribir canciones?
– Creo que esa es una de las mejores palabras que lo define, libertad. Para mí es una forma de expresión en la que nadie puede entrar. Una parcela que es mía y que de hecho durante mucho tiempo solo ha sido mía. Canciones que he ido metiendo en el cajón, que no he enseñado a nadie y que llegado el momento he dicho, oye, a lo mejor esta manera de expresar los sentimientos ayuda a alguien.
– En tu último single, “Saltar sin gravedad”, reflexionas sobre el paso del tiempo. Para mirar al futuro con optimismo, ¿es imprescindible haber cicatrizado primero las heridas del pasado?
– Hay que superarlas pero no olvidarlas. Te puede paralizar para seguir avanzando, porque al fin y al cabo es un proceso algo dinámico, como la propia cicatrización en el cuerpo. Pero vivir con ellas y no haberlas superado puede significar también revisitarlas, volver a sentir o entender lo que te pasó para afrontar cosas futuras.
– Un salto sin gravedad es un salto sin caída, ¿es un mensaje de autoayuda para sentirte más seguro?
– Clarísimo. Saltar sin gravedad es una alusión a que cualquier tiempo pasado siempre fue mejor. Esa sensación de que todo era más fácil en el pasado, de que parecía que no íbamos a hacernos daño. Y probablemente nos hubiéramos hecho el mismo daño o más que en el presente, pero esa sensación de ingravidez, de que todo era más fácil, es simplemente una ilusión del recuerdo. Siempre hay que vivir con esa, entre comillas, inconsciencia y tirar para adelante, porque si no te bloqueas.
– Si te dieran la oportunidad de volver atrás en el tiempo, ¿cambiarías algo de lo vivido?
– No, soy de las personas que creen que arrepentirse o cambiar cosas es una mala lectura del pasado. Todo lo que ha sucedido ha sucedido por algo, incluso los propios errores, está bien revisitar, pero arrepentirse no.
– El título de saltar sin gravedad invita también al carpe diem. ¿Eres de los que se deja guiar siempre por el corazón o le sueles dar muchas vueltas a las cosas antes de tomar una decisión?
– Tanto mi hermano como yo hemos cogido de mi padre el darle muchas vueltas a todo. Pero he conseguido que el corazón o digamos las emociones, me guíen más que lo que me dicta la cabeza. Ahora soy ese que salta del puente a pesar de que la cabeza le dice mil veces, ¿estás seguro? Si no, no avanzaría.
– El tiempo juega un papel importante también en otra de tus canciones, “Se fue la luz”, en este caso evocando todas esas cosas de las que es imposible separarnos. ¿De dónde nace esta otra canción?
– Te agradezco que me preguntes sobre el significado de las canciones porque es algo que no me gusta muchas veces dar. “Se fue la luz” alude al probablemente el peor momento de mi vida. Me pilló solo, lejos de mi familia, y coincidió que también se fue la luz en la casa en ese momento. Y eso me ayudó mucho, paradójicamente, porque pude pensar con más calma y abrazar ese mal momento. A día de hoy cuando me vuelve a pasar algo malo por lo que tengo que reflexionar, apago móviles y luces mentales que me puedan distraer y pienso, no pasa nada, no tengas miedo.
– Te gusta que haya una canción para cada estado de ánimo. ¿Qué estado de ánimo le tocaría a esta?
– No diré tristeza, sino reflexión.
– ¿Y qué tiene la noche y los momentos de oscuridad que es cuando vienen a visitarnos los fantasmas y los pensamientos más profundos?
– Todos los días hay una noche. Es una alusión a que la vida tiene que tener su noche para que puedas apreciar el día. Hay un miedo actual, y me incluyo, a quedarnos solos a oscuras con nuestros propios pensamientos. ¿Cuántas veces nos ponemos con el móvil antes de dormir? Apágalo. No solo el móvil. Me refiero a quedarte solo con tus pensamientos. Nos da miedo porque probablemente no nos gusta lo que vamos a encontrar, pero es terapéutico. Hay que hacerlo más.
– La moraleja que nos deja “Se fue la luz” es que hay que saber abrazar el momento cuando te sientes vulnerable. ¿Te cuesta mucho quitarte la coraza y sacar ese lado más frágil en las canciones?
– Sí, pero me pasaba más antes. La vulnerabilidad es algo que hay que abrazar y el primero que no se haya sentido vulnerable, que lo diga. Todos absolutamente nos hemos sentido así y negarlo es ir contra natura.
– ¿A la hora de componer, qué es más fácil? ¿Hablar desde un corazón triste o en los momentos alegres?
– Se suele decir desde el corazón triste, pero yo no estoy de acuerdo. Cada canción tiene un estado de ánimo. Si yo siento que quiero salir de fiesta, que quiero pasármelo bien, que quiero reírme de mí mismo, adelante.
– “Se fue la luz” la publicaste dentro de un single que llevaba por título “Madriguera” y que también será el nombre de tu futuro disco. ¿Por qué Madriguera?
– Madriguera es ese estado mental, llámalo hogar, llámalo tu sitio de confort, en el que nadie entra. Pero tú sí entras con todo lo que eres, con lo que a veces no te gusta escuchar de ti mismo, con tu silencio personal. Tenla limpia de pensamientos con los que te guste convivir, porque todos vamos a dormir con nuestra cabeza por la noche. Así que cuida tu madriguera. Mejor escucharte y que te guste lo que estás escuchando, porque vas a tener que convivir contigo mismo toda tu vida.
– ¿Va a ser un álbum conceptual que gira en torno a tu proceso de autodescubrimiento?
– Es un disco que va a tener un metalenguaje. Todas las canciones van a hablar de cosas distintas, pero hay un hilo conductor importante. Y si me lo permites… que cada uno saque la conclusión del hilo conductor que quiera.
– ¿Qué sorpresas tienes guardadas en el cajón que no hayan desvelado aún de este próximo disco?
– Hay bastantes sorpresas. Soy un artista al que, sinceramente, le han influido muchos puntos distintos. Yo soy de Andalucía y lógicamente, hay raíces ahí que no se pueden quitar ni quiero. Luego hay canciones para cada estilo, desde el reggae, el soul o el pop, incluso una canción que va a ser tribal, muy experimental. La gente se va a sorprender, va a encontrar un oasis para cada estado de ánimo.
– Otra de tus canciones es “Consejo de Amigo”, una oda al autoconocimiento y a no darlo todo por sentado. ¿Hasta qué punto es importante dejar los egos de lado y saber escuchar a los que nos rodean para no caer en comportamientos autodestructivos?
– Vital. Y lo digo desde una perspectiva de ser bastante… permíteme la palabra, cabezón. Soy una persona que ha intentado aprender de sí mismo por inflexibilidad y le debía esta canción no solo a mí, sino a toda la gente que me ha intentado ayudar. En los momentos en los que más perdido estaba ha sido en los que más me he encontrado a mí mismo. Y eso ha sido gracias a la gente que tenía a mi alrededor.
– ¿Y por qué suele ser más fácil dar consejos a los demás que aplicarlos a uno mismo?
– Porque desde la barrera se ve todo mucho más fácil, lógicamente. Y porque creo que siempre nos pensamos que nuestros problemas son bastante distintos a los del resto. Y eso es una traba bastante importante que hay que dejar atrás. Es verdad que cada situación personal es distinta, pero no por ello nos tiene que dejar de ayudar un consejo de un amigo. Es muy raro que tu problema no lo haya tenido alguien antes.
– Todas estas canciones que has ido publicando están compuestas desde hace muchos años. ¿No tienes la necesidad de sacar algo que se identifique más con tu momento actual?
– Hay veces que me gusta rescatar sentimientos pasados para contrastarlos con como estoy a día de hoy. Son situaciones en las que me he reinventado y de donde he decantado una canción. Las que estoy componiendo ahora y las que vengan dentro de un tiempo, será guay verlas con esa perspectiva. Es un experimento interesante.
– Hasta ahora tu proyecto musical lo compaginas con tu trabajo de cirujano. ¿Qué te aporta un quirófano a nivel personal que no te aporte la música y viceversa?
– Si tengo que destacar una cosa que me encanta de mi trabajo de cirujano es la sensación de ser resolutivo. Intentar solucionar las cosas desde una perspectiva muy pragmática, ser muy analítico, ver el prisma y buscarle más caras de las que tiene. Cuando alguien entra a quirófano hay que tener muy claras las prioridades. Qué hay que hacer primero, qué hay que hacer después y qué puede esperar. Eso me ayuda para la vida en general.
– El lado más duro de tu profesión viene cuando le tienes que comunicar a un familiar que el paciente ha fallecido. ¿De dónde se saca la interesa para hacer frente a ese momento?
– De la disociación. Hay momentos en los que tienes que elaborar, no un personaje, pero sí ese otro yo que tienes que intentar sacar. No te sale estar entero en esos momentos, porque piensas en tu padre, en tu madre, en tu pareja, que podrían ser ellos. Y de la misma forma en la que me subo a un escenario e intento defender algo que me da muchísima vergüenza me da miedo también exponerme de esa manera a los familiares. Así que intento ser otro Pablo, una persona distinta que finge ser capaz de ello. Es la única forma, la disociación y doblegarme de alguna manera.
– ¿Estar tan en contacto con la muerte te ha cambiado la manera de afrontar la vida? Por ejemplo, ¿a la hora de darle más valor al momento presente?
– Totalmente. Y esto habrá gente que esté en contra, pero creo que sensaciones así todo el mundo tiene que vivirlas alguna vez en la vida. Hay gente que se muere sin estar muy cerca de la muerte, de estar cerca de una persona fallecida… Y lógicamente a nadie le agrada, pero es parte de la vida. No hay que huir de ello, porque si no te va a pillar muy de frente. A mí personalmente me ha ayudado.
– ¿Componer es para ti una vía de escape o una forma de catarsis para gritarle al mundo todo lo que llevas dentro?
– Desnudarme delante de tantas personas emocionalmente no es fácil, pero a mí me ha ayudado. A día de hoy abogando por la salud mental, creo que está clarísimo: hay que intentar hacerlo lo máximo posible porque es sanador.
– ¿Cómo de difícil es para un artista que está empezando sacar adelante su proyecto musical?
– Difícil, muy difícil. Se ha democratizado muchísimo la música y cualquier persona puede pagar una distribuidora. Y eso puede ser malo si quiero destacar, porque hay mucha competencia más. Pero al revés, solo es bueno.
– Antes has comentado que casarte con un estilo único es para ti desperdiciar una oportunidad de contar historias desde diferentes perspectivas. ¿No es una apuesta arriesgada para que la gente te siga?
– Puede ser. Solo dar lo que la gente espera de ti creo que es tomar al público un poquito más, entre comillas, tonto de lo que en realidad es. Hay que ser atrevido.
– Aquellos que no quieren cometer errores están haciendo el mayor de todos, no intentar nada nuevo. ¿Las ganas de experimentar y de seguir aprendiendo son tu mayor virtud como artista?
– No sé si mi mayor virtud, pero me ayuda mucho experimentar.
– De las equivocaciones hablará precisamente tu próximo single, “Mar de Errantes”. La letra dice frases como, “esto solo acaba de empezar, aún no he encontrado mi lugar”. ¿Es un mensaje dirigido a la búsqueda de tu verdadera esencia como artista?
– Más que a mi esencia como artista, es precisamente a ese atreverse a equivocarse. A decir, si no arriesgas no ganas, no te pares en los errores, sigue hacia adelante.
– Para Andrés Suárez ser cantautor es saber describir el mar de una forma poética. ¿Qué sería para ti lo más difícil de plasmar en una canción?
– Lo más íntimo de uno mismo. Definir un autorretrato creo que es lo más difícil.
– A una de tus canciones le pusiste de título “Rayo Verde”. Un rayo verde es algo que no existe, como tampoco existen los saltos sin gravedad. ¿Te gusta jugar con ese concepto de cosas imposibles en las canciones?
– Sí, completamente. No me gusta dar cosas muy evidentes. Me gustan los cuadros que no se ve el paisaje tal y como todo el mundo lo ve, sino un cuadro abstracto en el que cada uno ve una cosa distinta. Eso me encanta, como las canciones.
– Vienes de hacer dos sold out en el Búho Real. ¿Qué han significado para ti estas dos fechas?
– Una materialización de lo que he ido haciendo hasta ahora. Para mí ver a la gente sabiéndose mis canciones, gritando de esa manera y apoyando el proyecto ha sido como, vale, esto ha parecido la pena.
– En el Buho te han presentado como un artista que mezcla la sencillez y la profundidad a partes iguales. Acabas de decir que lo más difícil para ti es definirte. Si tuvieras que presentarte a ti mismo en una sola frase, ¿cuál sería?
– Voy a parafrasear lo que me dijo una muy buena amiga sobre mí mismo. Si tuviera que definirme a mí mismo sería sinceridad enigmática.
– 2025 acaba de comenzar. ¿Qué objetivos te has puesto para este año?
– Mínimo, rodar más este show de lo que ahora mismo tenemos mi banda y yo. El disco, por supuesto, y muchas, muchas más canciones.
– Muchas gracias Pablo por querer estar hoy aquí con nosotros. Te deseamos toda la suerte del mundo con tus canciones y con ese futuro disco. ¿Algo que quieras añadir y que te haya faltado por decir?
– Una cosa que no he comentado. Voy a sacar un videoclip en el que también saldrá mi chica, que es actriz. Es un videoclip que requiere una segunda visualización como las canciones, porque tiene un plot twist final interesante.
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