Norde, la voz gallega que enamoró a Mikel Izal
En 2020, con motivo del segundo aniversario de «Autoterapia«, el cuarto álbum de estudio de Izal, la banda madrileña editaba un EP solidario de cuatro canciones cuyos beneficios iban destinados a proyectos de lucha contra los efectos de la crisis climática de Acción contra el Hambre. El álbum estaba grabado junto a cinco de sus seguidores, ganadores de un concurso que había lanzado Izal el año anterior. Entre ellos se encontraba Aroa Ferreiro, una joven de Vigo de apenas 17 años.
Hasta entonces la vida de Aroa transcurría por su cauce habitual. Estaba estudiando segundo de bachillerato en el IES Alexandre Bóveda y junto a su amiga María Ferreirós montó su primera formación musical, Alana. El dúo tocaba en bares y eventos, haciendo versiones de Xoel López, Zahara, Vetusta Morla o Iván Ferreiro. Pero de repente llegó la pandemia y todo se paró. Como Aroa y María ya no podían tocar en ningún sitio con su dúo de voces y guitarras, se dedicaron a componer.
Tenían ganas de ampliar el círculo y montar una banda completa para enseñar al mundo sus canciones. Y así, acabaron uniéndose a Dani González, Lucas San Teodoro y Mateo Fernández, para dar forma a Norde, su nuevo proyecto musical. El título debe su nombre a la obra «Mar ao norde» del dramaturgo Álvaro Cunqueiro, una serie de poemas breves y concisos en los que el mar y la tierra se oponen. Además, «Norde» hace referencia a la antigua nomenclatura gallega de la palabra «Norte».
El programa «Descúbreas«, de la Diputación de Pontevedra, les sirvió para grabar sus dos primeras canciones. La primera de ellas «El reflejo«, pretende sensibilizar sobre el deterioro cognitivo y la salud mental. Habla de las emociones, de los gigantes que a veces ocupan nuestras cabezas, de eliminar estigmas sobre los procesos mentales que sufren las personas a lo largo de la vida. La segunda es «Marea«, un canto al transcurrir del tiempo, tanto en la naturaleza, la amistad y los sentimientos.
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