El paisaje cinematográfico y melancólico de Kiey
Kiey nació en Vietnam, uno de los cinco países comunistas que aún quedan en el mundo. Si bien la censura en el país asiático no es tan elevada como en otros, Vietnam ha estado sometido durante muchos años a restricciones en lo que a manifestaciones artísticas se refiere. La música occidental, por ejemplo, estuvo prohibida hasta 1986, cuando el gobierno abandonó la planificación central de la economía y abrazó una de libre mercado. Hasta entonces se pensaba que esa música volvía loca a la gente y destruía el orden social.
Para actuar en Vietnam todos los artistas deben de conseguir un permiso que certifique su talento y fidelidad al comunismo. Además, las letras de las canciones deben pasar el filtro del gobierno para verificar que no se oponen al Estado. La censura en este sentido se ejerce sobre numerosos temas: la política, los casos de corrupción, las relaciones con China y, por supuesto, cuestiones relativas a los derechos humanos. Y de forma más marginal, los problemas medioambientales o los derechos de las comunidades LGTBI.
Pocos son los artistas vietnamitas que han logrado traspasar las fronteras del país. La música de Vietnam necesita libertad y voces como Kiey son una rara avis dentro la industria. La valentía es una cualidad del ser humano que nos enseña a defender aquello que vale la pena y él decidió crear canciones sólo en ingles, inspirado en artistas como Lana Del Rey, Britney Spears, Utada Hikaru o Troye Sivan. Una decisión que le acerca a su idiosincrasia pero que le aleja de las emisoras de radio de su país, orientadas a la música popular.
Kiey busca proyectar así su música en un mercado más internacional. Su paisaje sonoro es un matrimonio entre las melodías melancólicas y los ritmos pesados de la pista de baile. La carta de presentación de su proyecto lleva por título «Right When The Sun Rises«. Se trata de una emocionante y pegadiza canción electro-pop que habla sobre la ruptura de una relación de forma saludable. En lugar de tristeza, el protagonista de la historia encuentra claridad y alivio mientras se aleja de la escena, absorbiendo el calor del amanecer.