La Azotea, rock con aroma de la vieja escuela
Las canciones de La Azotea respiran aroma de la vieja escuela. Esas que reivindican el sonido orgánico, sustentado a base de guitarra y voz y alejado de grandes producciones. Sus influencias son más que claras y reconocibles. Algo que ellos no ocultan, no en vano en su repertorio encontramos grandes clásicos del rock patrio. Y todo eso se refleja en una propuesta musical audaz y valiente. Llena de canciones crudas, de estructuras conocidas y familiares, que conectan desde el primer momento y a la primera escucha.
Su último single, “Licores y Alquitrán“, rinde pleitesía a ese rock puro y genuino, aunque de una manera cercana y alejada de estereotipos. Con él, cierran un ciclo. Y de eso habla precisamente la canción, del final de la infancia o de la añoranza sentida al repasar épocas que llegan inevitablemente a su fin. Nostalgia y melancolía repleta de referencias a compañeros de clase y amigos que les han acompañado durante tanto tiempo. Todo ello para dejarnos un compendio de sonidos atractivos y texturas rítmicas elegantes.
Para ello se ha buscado una producción final lo más natural posible, respetando al máximo las imperfecciones surgidas en el estudio de grabación. Esa atmósfera lo-fi que lo envuelve todo le da un punto de seducción a la propuesta. Y a la vez deja patente algunas de sus señas de identidad: la osadía y desfachatez. Dos ingredientes que fusionan a la perfección con arreglos cuidados hasta el último detalle, melodías ambiciosas, virtuosismo y una personalidad arrolladora llena de inspiración. El resultado es rotundo y cautivador.