Peter Lake, el cantautor que triunfa desde el anonimato
Esconderse detrás de una máscara no es algo nuevo en el mundo de la música. El dúo francés Daft Punk hizo de su apuesta por el anonimato su propia identidad. No quisieron mostrar su rostro a la audiencia ni a los periodistas, con los que mantuvieron una relación distante durante toda su carrera, en la que apenas concedieron entrevistas. Una estrategia de promoción que también hizo SIA. La cantante australiana actuaba siempre de espaldas o con la cara tapada por una enorme peluca.
Con el auge de las redes sociales y la irrupción de la inteligencia artificial son cada vez más los artistas que se suman a esta tendencia. El último de ellos ha sido Peter Lake, un cantautor canadiense que se deleita en el anonimato. El músico está convencido de que su capacidad para crear música es compatible con su privacidad, algo inusual en tiempos de sobreexposición. Es por eso que solo trabaja con socios no convencionales, a fin de evitar las restricciones de los sellos discográficos tradicionales.
Peter Lake solo realiza conciertos en vivo a través de una plataforma web, lo que le permite centrarse exclusivamente en componer. En el proceso, ha reunido uno de los catálogos más extensos de la industria. Sus influencias musicales incluyen a Neil Young, Max Martin, David Bowie, Motown y Drake. No sorprende que sus canciones sean por tanto, difíciles de ubicar, a menudo oscilando entre la música electrónica, los riffs de guitarra pegadizos y los cánticos tradicionales o con sonidos naturales.
El canadiense ha estado lanzando música durante casi dos años y ya ha acumulado más de 60 millones de reproducciones en Spotify. Su último sencillo, “Colors of Suspension”, trata de explotar al máximo la sensación de nostalgia. En ella mezcla sintetizadores electrónicos y trompetas de jazz para transportar al oyente a tiempos más sencillos. Cuenta además con la voz de una amiga de Lake, Yousha, quien añade una capa adicional de profundidad y emoción a la ya poderosa pista.
“Colors of Suspension” está inspirada en los recuerdos de la infancia de Lake al ver cómo el colorante para alimentos se disuelve en agua. La historia es muy emotiva. Peter estaba con un joven que estaba teniendo problemas en la escuela. “Le conté cómo solía relajarme dejando caer gotas de colorante para alimentos en agua. Conseguimos algo y observamos las formas. Los colores trajeron distracción de este mundo que a veces puede ser tan duro con un niño pequeño. Fue una meditación. Sin teléfonos. Sin sonidos. Solo paz y color. Nunca quiero olvidar ese momento”, explica.