Rafa Romera, «El camino para llegar al éxito nunca puede ser fácil»

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Rafa Romera, «El camino para llegar al éxito nunca puede ser fácil»

Rafa Romera es uno de los concursantes más vitalistas que han pasado por Operación Triunfo. Su espíritu optimista, sus buenas vibraciones y la manera de emocionar con sus canciones, son algunos de los ingredientes de su propuesta, con la que trata de abrirse paso firme dentro del panorama musical. En esta entrevista nos presenta su nuevo single, hacemos un repaso a su trayectoria y nos cuenta todos los secretos que se esconden detrás de su primer álbum, «En el aire«.

Escucha la entrevista completa:

– “Díselo a la vida”, “Dile a Cupido”, ¿Por qué tanta fijación en dar consejos en los títulos de tus canciones?

– Totalmente. Hace poco me decía un amigo, das muchos consejos pero al final el que no dice las cosas eres tú. Y es verdad. No sé por qué, pero son canciones que compuse así, que me vinieron a la mente con «díselo».

– “Dile a Cupido” es tu nuevo single, una canción que ha salido hace unas semanas. ¿Cómo ha sido la acogida?, ¿Está cumpliendo tus expectativas?

– Siempre se puede más. Honestamente, es una canción que no lleva promoción detrás y que es todo orgánico. Y se está escuchando. Lógicamente me gustaría que se escuchara mucho más, pero estoy contento con el resultado.

La letra habla de un amor que pudo ser y se quedó en un recuerdo. ¿Cuál es la historia que lleva detrás, de donde nace?

– Es esa historia por la que todo el mundo pasamos, en la que idealizas un amor o una persona. Y siempre va a quedar en ese recuerdo o en tu imaginación.

En esta canción sales un poco de tu zona de confort para experimentar con nuevos sonidos, más electrónicos, con algún dibujo incluso funky en el estribillo, ¿a qué se debe este cambio?

– Es una fusión de estilos. Está compuesta con dos artistas como Maximiliano Calvo y Lorenzo Leto, ellos pusieron su rollo y yo puse un poco del mío. El resultado es una amalgama de estilos que se ve reflejado en la canción.

– Lo que no cambia es tu esencia, tú te has definido a ti mismo como una persona alegre, cariñosa y cabezona. ¿En qué orden irían esas tres cosas?

– Cabezona la primera. Bueno quizás alegre también, porque me tomo la vida con positividad y de la mejor manera posible, aunque a veces vengan altibajos. Pero sí, soy cabezón, tanto en el buen sentido de la palabra como en el mal sentido. Para algunas cosas entro en bucle y es difícil salir de ahí. Y después soy cabezón también para intentar cumplir mis expectativas o cumplir los objetivos que me planteo.

– ¿Y cómo te ha ido en líneas generales en el amor?, ¿Qué le dirías a cupido si le tuvieras sentado aquí en esta mesa con nosotros?

– Yo a Cupido le diría que no me lance más flechas, que ya se está pasando.

Aparte de este nuevo single, este año has sacado también tu primer disco, “En el Aire”. Este concepto, el de aire, también lo simboliza la portada de este nuevo single, donde aparece un globo de helio. ¿Es una manera en cierto modo de darle continuidad a este álbum? 

– Está relacionado pero no a cosa hecha, es un poco inconsciente. Estuvimos viendo portadas con el diseñador y me gustaba mucho esta. Aunque sí es verdad que yo hablo mucho del aire en mis canciones, del cielo, del mar, de cosas de la naturaleza. Y eso siempre se ve ahí reflejado un poco. 

– Donde sí se aprecia perfectamente esta transición del álbum al single es en el videoclip, que empieza precisamente así en el aire para bajarte a suelo firme. Este vídeo está hecho en stop motion que es un concepto poco convencional en un videoclip. ¿De quién ha sido la idea de hacerlo así? 

– La idea me la pasó el director del videoclip, Pedro Anaya. Venía de una referencia de Pimp Flaco, que tiene un tema también así, en stop motion. Me gustaba ese rollo para mi nueva canción. Entonces, empezamos ahí. No lleva el presupuesto que a lo mejor lleva el otro videoclip pero ha quedado súper bien. 

Hay un momento que supone un antes y un después en tu trayectoria como artista que es tu paso por Operación Triunfo. ¿Cómo era la vida de Rafa antes de entrar al concurso y cómo es tu vida ahora?

– Mi vida antes de Operación Triunfo era un poco caótica. Fue un punto de inflexión sobre todo profesionalmente, porque yo medicaba la música pero como hobby, cantando con los amigos. Y Operación Triunfo me permitió poder dedicarme plenamente a ello y además, tener ese autoestima que me faltaba.

Noemí Galera ha dicho hace poco que OT tiene dos mundos paralelos, por un lado está la fama que te da el concurso, pero por otro hay que tener la cabeza muy bien amueblada para saber gestionar todo lo que se te viene encima. ¿Cómo viviste ese cambio de pasar de no ser nadie a que de pronto te conociera todo el mundo por la calle?

– Yo me lo tomé bastante bien. Aparte tuvimos por medio la pandemia que eso nos impedía relacionarnos con el exterior. Así que no fue un impacto tan social de salir a la calle y encontrarte con la gente. Pero Noemí lleva la toda razón. Tienes que tener los pies en la tierra y la cabeza muy amueblada para que no se te vaya. Yo eso lo llevo bien porque he seguido trabajando como si no hubiera estado en Operación Triunfo. Solo que eso me da ha dado el impulso para seguir creyendo en mí y seguir haciendo mi proyecto. La gente se confía, se piensa que OT es el salto a la fama y que después eso no hay nada más. Y después de eso es realmente cuando empieza tu carrera musical. Desde abajo, desde cero… hay que seguir creciendo y darte a conocer.

En OT hiciste historia ya que en más de 10 ediciones del programa era la primera vez que un tema compuesto por un concursante se interpretaba en directo en una gala. Eso pasó contigo y tu canción “Díselo a la vida”, ¿Qué ha supuesto para ti todo lo que envuelve a esa canción?

– Ha supuesto mucho. La compuse mucho antes del programa y ya era una canción que cantaba con mis amigos en las casas rurales y en cualquier otro sitio. En OT se convirtió también en una canción más de mi grupo de amigos. 

Debido a las circunstancias que hemos comentado antes y por su letra optimista también se convirtió en un himno durante la pandemia, ¿te da pena que al final la gente la acabe asociando más con esa etapa?

– No, porque al final la asocian al buen rollo, al estar bien consigo mismo. Hay mucha gente que me dice, me pongo la canción para animarme cuando estoy mal. Y no sólo con la pandemia, sino con cualquier otra circunstancia. Al final las canciones están hechas para eso y mi mensaje con ella era mandar un soplo de aire fresco a la gente que lo necesitaba en ese momento.

Después del éxito de esa canción, ¿Esperabas que el camino al salir de la Academia fuera más fácil?

– Sí, lo que pasa es que nos lo complican y nos lo complicamos también uno mismo muchas veces. El camino para llegar al éxito nunca puede ser fácil. Porque si no, no llegaría de la forma en la que se puede llegar, trabajando o siendo constante. Al final nada es fácil en la vida si quieres llegar ahí arriba.

La semana pasada volviste a entrar allí, como artista invitado. ¿Qué fue lo primero que te vino a la cabeza al pisar de nuevo aquel lugar tan especial?

Se me vino todo. Fue un cúmulo de emociones. Era como que todavía no me había ido de allí, que seguía todavía en la academia. Y a la vez lo veía desde otra perspectiva porque no estaba dentro, veía sus caras y me veía reflejado en ellos. Esa ilusión que yo tenía, esa inocencia de estar ahí sin saber nada del exterior. Esa evasión al completo de todo el mundo exterior, de todo lo que es la sociedad. Fue guay.

Aparte de ese Rafa optimista existe también el niño introvertido que le da muchas vueltas a las cosas y al que le abordan los pensamientos negativos, cómo plasmas en tu canción “No somos nadie”, ¿Cómo es ese otro lado tuyo menos vitalista?

– Es un lado ahí escondido que no lo suelo mostrar. Algunas veces es una lucha entre el Rafa vitalista, que siempre está ahí positivo y esa parte de mí que todos nos tenemos que permitir también. Muchas veces pensamos que no se puede llorar y también necesitamos estar mal a veces. Estoy aprendiendo a gestionar esas emociones y también a vivir en ese lado de vez en cuando, cuando hace falta.

Antes tenías un grupo, Morango, ¿no echas de menos poder compartir tu proyecto con alguien y no tener que gestionarlo tú todo solo?

– Sí, la verdad que si. Tener un grupo, que te sientas apoyado por más gente… la unión hace la fuerza en muchas ocasiones. Y en este caso, tengo que ir tirando yo de mí mismo y ser el diablo y también el ángel en muchas ocasiones es difícil. Pero tengo a mi alrededor a los músicos que me acompañan y al final la gente a esa gente la veo como alguien más del proyecto.

Ahora que han pasado casi 4 años y que has asentado tu carrera, ¿piensas que ya has encontrado tu sitio en el mundo de la música o aún te queda por evolucionar?

– Estoy sembrando mucho y tengo ganas de cosechar mucho más. Llevo cuatro años y eso para un artista no es nada. Hay cantantes que hasta los 10-15 años no han dado ese salto evolutivo en su carrera. 

Para ir acabando ya la entrevista, hay una tradición que consiste en soltar un globo al cielo y pedir un deseo, tú que ya has soltado el globo en la portada de este nuevo single, ¿Que le pides como deseo al 2024?

– Le pido que todo lo que estoy sembrando se vea reflejado en la música, en los conciertos y que sigamos sumando gente a la familia Romera. Que sigamos haciendo música y que nada nos pueda parar. 

Muchas gracias por tu tiempo y por llenarnos de alegría hoy en el estudio. ¿Algo que quieras añadir, algún enlace donde te pueda encontrar la gente?

–  Me pueden seguir en Spotify y en mis redes sociales como Rafa Romera. 

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