Barei, «Muchas veces la autoexigencia está mal enfocada»

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Barei, «Muchas veces la autoexigencia está mal enfocada»

Después de estar varios años alejada de los focos mediáticos, Barei regresa con un nuevo single que lleva por título “¡Cómo Dolisteis!”. Una canción que ha sido «transformadora» en todo su desarrollo y que saca su lado más vulnerable, con una letra que habla sobre la importancia de aprender a aceptar el dolor y superarlo. De este nuevo lanzamiento, de su paso por el Festival de Eurovisión hace ya ocho años, de su trayectoria y de sus próximos proyectos nos habla en esta entrevista.

Escucha la entrevista completa:

– Acabas de estrenar tu nuevo single tras un periodo de seis años sin lanzar nada en solitario. ¿En qué momento personal y profesional te encuentras ahora mismo?

– En un momento muy transformador a nivel personal y profesional. Siento que por primera vez me muestro vulnerable, sincera, sin miedo a contar desde la verdad más absoluta todo lo que me pasa y lo que siento. Y este primer single, “¡Cómo Dolisteis!”, me ha dado la oportunidad de sanar muchas cosas. 

– En esos seis años han pasado muchas cosas, entre ellas una pandemia que paralizó el mundo. Pero también ha habido espacio para lo bueno. Por ejemplo, has sido madre. ¿La maternidad te ha cambiado la forma de ver el mundo y de afrontar tu carrera? 

– Absolutamente. Esa transformación que estoy experimentando empieza en el momento en el que soy madre y las prioridades me cambian por completo: la escala de valores, la necesidad de mirar más hacia adentro, de conectar con la niña que fui… Al final cuando eres madre tus hijos se convierten en el espejo del niño o la niña que tú fuiste. Y de repente te ves enfrentándote a través de ellos a cosas que tienes ahí que todavía no están curadas. 

– Tu vuelta al panorama musical llega con una canción que lleva por título “¡Cómo dolisteis!” y que muestra a una Barei mucho más vulnerable. ¿Por qué has querido volver con algo así de visceral?

– Antes de hacer esta canción llegué a pensar en no volver a la música. Es verdad que nunca la he dejado por completo, he seguido haciendo canciones para otros artistas y componiendo, pero me refiero a estar delante, a ser yo quien canta las canciones. Todavía tengo esta sensación de miedo al resultado, al qué dirán o cómo lo van a percibir. Y no tenía ganas de volver a la parte superficial, a los eventos, a las redes… No me apetecía. Pero un día me subí a un escenario con un amigo y vi que el gusanillo de la música seguía estando ahí.

Y se me despertó la idea de hacerlo pero desde otro lugar. Por eso el cambio, ahora no quiero hacer un hit para la radio. Obviamente una vez que compones y creas una canción, siempre quieres que llegue a cuántas más personas mejor, pero mi finalidad en este caso es diferente, el apego al resultado lo he soltado. Y cuando sentí que de verdad lo había soltado y que no me daba miedo ni me condicionaba lo que fuera a pasar después, es cuando dije, “lo hago”. Desde este lugar estoy encontrando un orden en mí. Y quiero que en las canciones se refleje ese orden a través del caos en el que he estado.

– ¿Te ha costado mucho quitarte la coraza y desnudarte emocionalmente?

– No, porque ha sido una coraza que me he ido quitando yo conmigo misma en estos seis años. Y como me he ido conociendo más, he hecho mucho trabajo personal, de poner conciencia en todo lo que hago, en por qué lo hago y para qué lo hago. Tomar esta decisión no ha sido de la noche a la mañana, ha sido progresivo. Diría entonces que estoy haciendo un proceso musical a través de un proceso vital, una terapia.

– El dolor al que hace alusión la letra incluye todas esas heridas sin cicatrizar que arrastramos con el paso del tiempo, desde experiencias de nuestra infancia, pérdidas de seres queridos o heridas emocionales abiertas. ¿Cuál sería para ti el dolor más profundo que has tenido que sanar?

– El no sentirme merecedora de amor. No quererme a mí. Pero creo que viene todo de una herida de miedo al abandono muy grande que está ligada de manera inevitable a la muerte de mi padre. Mi padre murió cuando yo tenía un año y medio. Y el sufrimiento que he alargado en el tiempo no ha sido tanto echarle de menos porque no puedo echar de menos algo que siento que casi no conocí, pero sí lo que conllevó. Porque cuando es tu primera infancia y se va una figura tan importante en tu vida, de manera inconsciente sientes una herida de abandono. Aunque no te haya abandonado, porque mi padre se murió porque era su momento, no me abandonó, pero la sensación que le queda a un bebé de esa edad es que de la noche a mañana desaparece su figura paterna.

A raíz de ahí se fueron desarrollando una serie de condiciones en mi entorno que hicieron que yo cada vez tuviera más miedo al rechazo, más miedo a que no me quisieran, más necesidad de mostrar a la gente que valgo, que soy buena persona. Y así he estado muchos años, buscando ese amor a través de los demás y no dándomelo yo.

– Ese episodio de tu vida se plasma en la letra con frases emocionalmente duras como “Mientras tú decías bye bye, yo seguía bailando en la cuna” ¿Perder a tu padre tan pronto te ha hecho ser más fuerte y valerte más por ti misma? 

– Me ha hecho ser quién soy hoy. No sé si más fuerte o menos, porque no sé quién hubiera sido yo en otras circunstancias y entonces no lo puedo comparar. Pero lo que me ha hecho avanzar ha sido reconocer que esa herida me dolió y que yo he decidido prolongarla en el tiempo y sufrir por conductas que he desarrollado conmigo misma, muy destructivas, para evitar sentir ese el dolor. Era como decir, prefiero sentir otro dolor que yo controlo que no ese, que no sé ni cómo gestionarlo. Y bueno sí, a lo mejor se puede traducir en fortaleza o en capacidad para gestionar de otra manera las cosas que me vengan.

– Una de las cosas que más llama la atención de esta canción es que dejas de lado el inglés para cantar en español. ¿Es una manera de llegar más al corazón de la gente?

– Al mío, que por ende va a llegar más también al de los demás al ser más sincero. El cambio es porque en mi idioma natal tengo más vocabulario para de una manera natural vomitar lo que siento. De la otra manera, en inglés, buscaba siempre que la letra encajara, que sonara bien. Necesité ese idioma en su momento porque las melodías que me salían tenían métricas muy rápidas y eso en castellano era como un trabalenguas, y en inglés era más suave la dicción. Pero ahora mismo, he encontrado un punto en el que las melodías que estoy haciendo funcionan bien en castellano. Y me apetecía hablar de una manera más transparente, no buscando la palabra concreta. En el estado en el que estoy a nivel personal creo que es lo más coherente.

– A nivel instrumental “¡Cómo dolisteis!” se sale también de los cánones de una canción pop al uso, para apostar por ciertos acordes y sonidos disonantes, algo habitual en el cine para generar la sensación de miedo. ¿De quién ha sido la idea de hacer esto? 

– La canción la hemos compuesto António Escobar y yo, y la producción la ha hecho él. A mi me parece una obra de arte, porque es muy experimental. Es verdad que tiene sonidos disonantes que son coherentes con la disonancia interna que narra la letra. Y eso fue obra de António, que tiene una creatividad brutal y se puso a inventar y a probar cosas. Y yo, así como en otras canciones me cuesta más permitirlo, en esta veía claro que esos sintetizadores disonantes y esas cuerdas con crescendos grandes funcionaban perfectas con la emoción de lo que quería transmitir. 

– El videoclip está grabado en un baño, posiblemente el lugar en el que nos sentimos más solos y vulnerables, ¿Es una manera de potenciar también el mensaje de la canción?

– Sí, absolutamente. Tenía la idea de reflejar todas esas emociones en otro espacio. Pero cuando le conté la historia a mi equipo, una chica que se llama Lucia me dijo: «no entiendo por qué me estás contando que todo esto te sucede en el baño y en cambio quieres llevártelo a un lugar conceptual, más abstracto. ¿Por qué le quitas ese realismo?» Y cuando lo dijo, lo vi clarísimo.

El baño conecta mucho más con las personas porque no deja de ser un sitio de escondite y de refugio para todo. Un lugar al que te vas si estás mal en cualquier evento y necesitas llorar, un lugar al que te vas si tienes un problema de trastornos alimenticios o si tienes problemas de autolesión o con las drogas… Al final no deja de ser un sitio donde entras, cierras y se convierte en un búnker donde te permites estar sola con tus fantasmas. Lo mejor sería no encerrarse y poder transitar todo ese dolor acompañado, pero muchas veces tendemos a eso. 

– Hay un plano del videoclip en el que se muestran unas cuchillas, un objetivo asociado a esos momentos oscuros de autolesión. ¿Es el ser humano más dañino consigo mismo que las propias heridas que lleva dentro sin cicatrizar?

– Yo creo que sí. Las heridas que llevamos dentro te pueden producir mucho dolor, pero el sufrimiento es mental. Y la mente no la puedes aparcar, va contigo a todas partes. Es la que te genera todo ese… “podría haber sido de otra manera, podría haber hecho esto otro”. Al final tú eres contigo mismo tu peor enemigo. Ese diálogo interno es lo que dirige nuestra vida, nuestras acciones, nuestras relaciones. Todo.

– Curar las heridas emocionales suele ser un periodo muy complejo. ¿Qué dirías que es más importante para superar el proceso, saber reconocer las vulnerabilidades o dejar los egos de lado y pedir ayuda cuando la necesitemos? 

– Las dos. Para mí pedir ayuda es de valientes, no de débiles. Eso para empezar. Y creo que no pedir ayuda está muy ligada al ego precisamente. Y por otro lado, en el ego yo creo que todos nos reconocemos vulnerables, aunque luego de cara a la galería digamos que va todo bien. Es importante saber identificar de dónde viene el dolor. 

– Tenemos que irnos hasta 2018 para encontrar tu anterior single, que daba título además a tu último disco “You Number One”. Un título que puede servir como metáfora al lado más tóxico de la industria, con esa presión constante y dependencia de las cifras a las que estáis sometidos los artistas para llegar a ser siempre los primeros. ¿Es la autoexigencia la peor compañera de viaje que puede tener un artista?

– La mía sí, no sé la de los demás. Pero no a nivel artístico, que también, sino en especial a nivel personal. A veces me autoexijo cosas que en realidad no son relevantes para nadie, pero en cambioyo soy más perfeccionista en eso que en otras cosas que son mucho más fundamentales para mi carrera: las fotos que subo, que la melodía sea como quiero, que el discurso que doy en las canciones sea coherente con lo que yo predico. Muchas veces la autoexigencia está mal enfocada, te autoexiges en cosas que realmente no son relevantes, ni para ti, ni para el resto.

– Ser demasiado autoexigente es un arma de doble filo. Por un lado, te da más satisfacción al alcanzar tus objetivos, pero por otro lado si no los consigues puede derivar en la aparición de problemas de salud mental. Tu que te has definido siempre como una persona muy autoexigente, ¿has tenido que lidiar mucho con esas frustraciones?

– Muchísimos. Esa autoexigencia me ha llevado a un control exacerbado de mí misma y de los demás. Es como una cárcel que no te permite fallar… Para mí ese autocontrol y esa autoexigencia hay que soltarla lo antes posible. Y no solo a nivel profesional, también a nivel personal. Y no es quitar la palabra culpa y la palabra fracaso de tu vocabulario, es cambiarla por responsabilidad. Hay que ser responsables de nuestras acciones y de lo que pensamos, porque lo que piensas es lo que te hace tener una emoción. Y esa emoción es la que te hace actuar de una manera determinada. Todo empieza por tu diálogo interior. Hagámonos responsables, pero no culpables.

– Dicen que cuando una mujer se corta el pelo es porque está en pleno proceso de cambio, algo que has hecho tú en tu último videoclip. ¿Qué rumbo va a tomar la nueva Barei a partir de ahora?

– En primer lugar, dar los pasos con más cariño hacia mí y con muchas ganas de poner puntos de conciencia en la gente que escuche las canciones. Habrá temas que no serán tan profundos, pero este en concreto que estamos presentando, “¡Cómo Dolisteis!”, sí que me gustaría que pudiera hacer que las personas se replanteen si están sufriendo de más, si están pidiendo ayuda de menos o si no saben de dónde vienen sus heridas pero si sienten que no están cerradas. Es lo que siempre he querido, mi finalidad es remover a la gente por dentro, que le genere algo.

– Ya para ir terminando vamos a mirar hacia el futuro. Aparte del lanzamiento de este nuevo single que estamos presentando hoy, ¿Qué otros proyectos tienes en mente para este año?

– Para este año me gustaría hacer un podcast relacionado con el crecimiento personal, con la conciencia. Y poder invitar a muchos artistas, amigos y poder ir un poco más dentro de todos ellos. Quiero contar con un amigo que ponga su toque de humor, para cambiar el enfoque y que no sea todo profundidad, también poder tener ese momento de risas y de pasarlo bien. Y musicalmente sacar un tema cada mes y medio para generar mucho contenido, para en diciembre sacar el álbum y a partir de 2025 dar conciertos.

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