Yoly Saa, “Mar de Ardora” es un disco en el que me lo he dejado todo

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Yoly Saa, “Mar de Ardora” es un disco en el que me lo he dejado todo

Yoly Saa acaba de publicar su segundo trabajo discográfico “Mar de Ardora”. La artista gallega ha sacado adelante las canciones más desgarradoras de su repertorio, provenientes de una etapa de dolor y ansiedad que ha dejado atrás. De este capítulo de su vida y de esa colección de canciones llenas de momentos agridulces que se se han acabado convirtiendo en pequeñas joyas que brillan, aportan luz y nos ayudan a sentir para poder salir adelante., nos habla a lo largo de esta entrevista.

– Acabas de publicar tu nuevo disco, “Mar de Ardora”, un álbum en el que vuelcas tus sentimientos más profundos. ¿Está compuesto a modo de catarsis?

– Sí, de alguna manera sí. Siempre hago canciones para curarme o porque no sé muy bien qué me está pasando en ese momento. Sin pretenderlo acaban siendo una manera de escarbar y de sacar un montón de cosas que llevo dentro. 

– Si hay una palabra que define a la perfección este nuevo trabajo es “honestidad”. ¿Te daba vértigo abrir tu corazón tanto al público?

– Sí, sobre todo cuando se hace un disco tan vulnerable como éste. Siempre suelo ser muy honesta pero aquí lo he llevado todavía un punto más allá. He dejado de hablar de amor o desamor, que son cosas que duelen pero son más superficiales por decirlo de alguna manera. Y en este disco he ahondado en mí, en mi parte mala, en problemas más profundos. Eso siempre da un poco de vértigo la verdad.

– “Mar de Ardora” llega tres años después de tu primer disco, “A golpes de fe”. ¿En qué dirías que más ha evolucionado el sonido de Yoly Saa de un álbum a otro?

– Es un sonido mucho más maduro y personal. Hemos abandonado el pop mainstream y aunque no dejo de ser yo sí que pienso que hemos creado una nueva esfera alrededor de mi música. No considero que haya inventado nada, porque a estas alturas ya está todo más o menos inventado, pero hemos enlazado cosas nuevas. Y aunque sea un disco muy diferente no deja de sonar a mí, eso es lo importante. 

– El disco cuenta con once canciones donde lo emocional juega un papel muy importante. ¿Cuál dirías que es de todas ellas, el eje central del disco?

– Creo que el duelo en todas sus formas. Desde lo más emocional como perder a una persona querida, hasta perder una parte de ti que quizás no vaya a volver. Hay una parte inocente en vivir y cuando te pasan cosas malas lo desidealizas y lo bajas un poco a tierra. El duelo está de alguna manera también relacionado con la ansiedad y con episodios depresivos, pero al final se resume en perder cosas.

– A pesar de su estética luminosa, “Mar de Ardora” no deja de ser un trabajo muy oscuro. ¿Hasta qué punto ha sido importante hablar contigo misma para reflexionar y poner todas las cosas en orden?

– Hablar mucho contigo es primordial para encontrarte bien. Hacer mucha introspección y mucha terapia también. Y hablar con mi psicóloga y que me saque cosas que yo no sabía que estaban ahí es ese contraste que intento buscar siempre que hago canciones. Por eso en cierto modo “Mar de Ardora” no deja de ser un mar en llamas. Tenía sentido por cómo me sentía yo interiormente. 

– El disco deja atrás una etapa de dolor y ansiedad. ¿En qué momento emocional te encuentras ahora mismo, has conseguido cicatrizar completamente las heridas del pasado?

– Sí, por suerte me encuentro en un momento emocional bastante bueno. Creo que habría sido imposible sacar este disco habiendo estado más implicada emocionalmente. Necesitas tocar las canciones en casa y sacarle un poco de “peso”, para así ir más fuerte al directo y poder cantarlas sin que te cueste muchísimo esfuerzo emocional. Y en un disco así todavía más. Hay canciones como “Luces Encendidas” que me siguen costando mucho tocarlas en directo porque me conectan de una manera muy fuerte. Si no las hubiese masticado sería insostenible hacer una gira tan heavy.

– ¿En algún momento estuviste cerca de tocar fondo o te dieron ganas de tirar la toalla?

– Sí, constantemente. Yo creo que cuando estás así no ves la luz por ningún lado y sacas de todo lo peor de lo peor. Hay que aprender a valorar también las pequeñas cosas porque si no se puede acabar muy mal. Y sin duda, si no hubiese tocado fondo no habría podido escribir todo lo que hay en este disco. 

– Siendo una persona un poco insegura, ¿Qué te hizo coger las fuerzas necesarias para volcar en canciones temas tan profundos como la ansiedad, los miedos o la depresión?

– El no pensarlo creo. Cuando escribo muchas veces no me doy ni cuenta de por dónde voy, simplemente tengo una emoción y la plasmo en una canción. Me ha pasado mucho con este disco decir luego madre mía lo que he escrito aquí… y ahí tienes que tomar la decisión de si compartir a canción o no. A veces nos sentimos incomprendidos cuando estamos en periodos ansiosos o depresivos, porque la gente no entiende bien cuáles son las emociones que hay. Y me parece importante verbalizarlo, para que deje de ser un tema tabú o que se hable con cierta timidez. Cuanto más lo normalicemos mejor. Yo no le desearía a nadie que tenga un ataque de ansiedad sin saber que es un ataque de ansiedad, porque puede ser una cosa muy desagradable. Realmente piensas que te vas a morir. Es importante ponerlo en palabras para que la gente conozca cuáles son las sensaciones físicas o lo desolado que se siente una persona cuando está en un proceso así.

– Otra de las canciones, “Flores Secas” habla sobre la pérdida. ¿Es tu canción más cruda hasta la fecha?

– No, la más cruda es “Luces Encendidas”. Me toca de manera especial y hay mucho ahí dentro de esa canción. Hablar desde la rabia es muy fuerte, pero cuando se habla desde la pena es más intenso. Darte por vencida y asumir que vas a perder a esa persona o que la has perdido es mucho más duro.

–En “Mar de Ardora” hay tiempo también para afrontar la necesidad de validación constante que tenéis muchas veces los artistas. ¿Es la autoexigencia vuestro peor enemigo?

– En ese momento sí era uno de los peores. Es verdad que soy muy autoexigente. Estamos expuestos a muchas cosas en general y los artistas quizás más por el tipo de vida que llevamos. Las personas tenemos mucha necesidad de validación y necesitamos mucho la mirada del otro para vernos. En las redes sociales parece que tenemos vidas que sólo son felicidad, nadie se para a hablar de lo malo. Y creo que hay que hacer un ejercicio también de normalizar que a veces no todo está bien, que tu vida no es de color de rosa. 

– En esta etapa te has involucrado también en la producción de las canciones. ¿Se valora mucho más el resultado cuando has formado parte de todo el proceso?

– De alguna manera sí. También lo valoro más porque hemos tardado mucho en hacer el groso del disco, más luego detalles que se han extendido en el tiempo. Ya le habíamos dedicado mucho tiempo a “A golpes de fe” pero este ha sido una búsqueda constante. Estar desde esa otra posición de coproductora también sabe mejor, porque sé que muchas de las cosas que hay han sido idea mía. Eso siempre lo valoras. 

– ¿Y para entender mejor el viaje emocional que ha supuesto para ti “Mar de Ardora”, en qué orden aconsejarías a la gente escuchar las canciones, en el del disco o en el que llevan los videoclips?

– Depende. Si lo que vas a hacer es sentarte en tu cama, cerrar los ojos y escucharlo yo diría que tienes que escucharlo en el orden que hay en plataformas. Si realmente quieres ver la ida de olla que tuvimos, empieza con “SN 2020Z”. No sé si se llega a entender, pero el momento en el que estoy saltando y las luces están azules es donde empieza toda la ensoñación que lleva al resto de videoclips. El último es cuando me despierto y me doy cuenta de que no quiero seguir ahí. Es la huida. Si quieres ver ese proceso en el que voy luchando contra mí misma tienes que verlo con el orden de Youtube.

– El mar ha tenido un papel muy importante no solo en el título, sino también en la composición de las canciones. ¿Ha sido tu refugio en los momentos más vulnerables?

– Es un lugar que me da calma. Hay veces tienes malestar en el cuerpo, te duele la cabeza y te metes en el agua y se te pasa todo. Eso es lo que me pasa a mí. Tengo la firme creencia cuando estoy mal, que si estoy un rato en el agua voy a dejar todo lo malo ahí. En ese sentido estoy conectada al mar de muchas maneras.

– Y que es más terapéutico, ¿Llorar las canciones mientras las compones o sacarlas al exterior y gritarle al mundo todos tus miedos y vulnerabilidades?

– Llorarlas mientras las compongo. Luego las gritas con rabia igualmente pero de otra manera, porque la emoción profunda ya se ha ido. 

– Cuando alguien canta luego canciones así de viscerales en los conciertos, ¿cómo consigue abstraerse para no revistar emocionalmente todos esos lugares a los que no quiere volver?

– Es muy difícil no conectar con cierta parte de la emoción, pero cuando has hecho un trabajo personal grande, ha pasado tiempo y las has cantado mucho en tu casa puedes hacerlo desde un sitio desde el que no te destroces. No conectar es muy difícil y también te digo que si no conectas no emocionas. Pero una cosa es conectar haciéndote daño y otra conectar desde cierta perspectiva ya.

– Ir a terapia muchas veces no solo es terapéutico, sino que puede llegar a ser incluso un salvavidas. ¿Hasta qué punto ponerte delante de una hoja en blanco a componer te ha ayudado a salir de esa espiral autodestructiva?

– Me ha ayudado bastante. No voy a decir que más que mi psicóloga porque sería injusto para ella, que literalmente me ha salvado la vida. Igual no tanto en el momento, pero después de escribir las canciones, ahora con perspectiva, me valoro a mí misma mucho más como persona y como profesional. Al final ha sido un acto de valentía.

– Has pasado de cantar en el metro a intentar representar a España en Eurovisión. ¿Te habrías imaginado cuando empezaste que ibas a conseguir muchas de las cosas que has logrado a día de hoy?

– No la verdad que no. Pensaba a estas alturas llevar ya cuatro años en Galicia siendo profesora otra vez. A veces lo bonito de las cosas es cuando no te las esperas, si planificas algo luego vienen las decepciones. Este viaje ha sido muy bonito y sigue siendo bonito, porque nunca me espero nada del proceso.

– ¿Qué consejo le darías a esa Yoly que cogió por primera vez en su vida una guitarra si la tuvieras ahora mismo delante?

– Le diría que aunque le parezca un auténtico rollo dedicarle mucho tiempo a la guitarra que toque cosas que no le gusten y que se forme más en teoría musical. También que se lo crea, a lo mejor en ese momento no lo ve pero al final merecerá la pena. Pero sobre todo lo primero, que se forme, porque es una cosa que ahora de mayor me está faltando y me habría costado menos en esa época.

– Hace dos años dijiste en una entrevista, “Es importante tener cerca gente que te recuerde que la vida merece la pena”. ¿Es “Mar de Ardora” el mejor recordatorio posible para toda la gente que esté lidiando una lucha interna también con sus demonios?

– De alguna manera sí, aunque si alguien se siente así es un momento muy difícil de llevar aunque te recuerden que la vida merece la pena. Te da igual lo que te digan. Pero si este “Mar de Ardora” hace que alguien se sienta un poco más acompañado o acompañada en este proceso yo me doy por satisfecha.

– ¿Podríamos concluir la entrevista diciendo que este disco es una especie de alter ego para expresar en canciones cosas que de otra forma no has sido capaz de verbalizar? 

– Sí, no sé si un alter ego porque va con mi nombre, pero siempre lo he dicho, a mí se me da muy mal hablar y muchas veces me bloqueo a la hora de expresar mis emociones de manera común. Y es verdad que aunque me da mucha vergüenza y mucha impresión, en la música encuentro una manera más fácil de hacerlo.

– Ya para terminar vamos a mirar hacia el futuro. El 14 de marzo empiezas una gira que te va a llevar incluso al otro lado del charco, ¿Qué esperas de estos conciertos?

– Espero que la gente disfrute. La mitad de la gira la vamos a hacer en formato eléctrico, con Paula a las teclas y Abril en la batería. Eso va a ser muy guay porque la mayoría de giras he ido casi siempre yo sola con la guitarra. También es un disco más roquero y en los conciertos voy a estar más renovada. Aunque me conformo con que la gente pueda disfrutar del disco y conecte con él, y que ese ratito que vienen a verme les sirva para desconectar si han tenido una mala semana o un mal día. 

– Muchas gracias Yoly por compartir este ratito. ¿Algo que quieras añadir y que te haya faltado por decir?

– Nada más. Es un disco en el que lo he dejado todo y estoy muy orgullosa de mí. Es una cosa que no he dicho muchas veces en alto, pero me ha servido para valorarme.

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