Ele y Nach, la delicadeza y la potencia unidas en «Not Slaves»
Todavía hay sitio para la poesía en este mundo. Para la hermosa, la frágil y la intimista, pero también para la callejera, la incisiva, la que no perdona. Para aquella que es capaz de unir en una sola, las dos caras de una misma cruz. La delicadeza más pura y la potencia más arrolladora. La voz de ELE y la de Nach.
Dos artistas que habitan en sus respectivas antípodas musicales, pero que se han unido en un alegato común llamado «Not Slaves» con el que ahondar en la soledad del ser y su frustración ante el gigante social. Ni los límites del soul folk de ella, ni los del rap de él, han podido con esta alianza que ensalza el humanismo y la empatía por encima de todo, en una pieza única e incontestable.
La ironía de hermanar opuestos y la magia de su reconciliación han quedado perpetuadas en este single que, grabado junto al productor Pablo Cebrián en los estudios Arcadia Music, reverbera más allá de lo establecido. Porque en la dulzura también habita el tormento, como ensalza ELE con intensidad doliente y sencilla elegancia desde la penumbra. Porque detrás de cada reivindicación se esconde una espiritualidad sensible, como transmite Nach en ese derroche feroz de las palabras. Porque todavía hay sitio para la poesía en este mundo, y en «Not Slaves» brilla entre los escombros de algún lugar.
ELE y Nach le ponen palabras a la transición de lo tangible a lo imperecedero, la disonancia se convierte en armonía y la soledad en refugio. Porque el individuo nace solo y muere solo, pero por el camino se convierte en uno más; y en su intento por comprender las leyes que gobiernan su rutina y alcanzar la libertad habrá fracaso y habrá victoria. Porque todavía hay sitio para la poesía en este mundo. Y a veces basta con perseguir un sueño y no sentirse esclavo.
El videoclip ha sido realizado bajo la dirección artística del coreógrafo Manuel Segovia (Director artístico de Ibérica Danza). En las imágenes, dos ángeles danzan entre las tinieblas de este mundo que nos rodea queriendo atraparnos en él, los bailarines Camille Balcaen y Ángel Montes. La dirección audiovisual por su parte, corre a cargo de Craneo Media.