Juan Ibarlucía, “La Tempestad es el sonido del ojo del huracán”
Juan Ibarlucía es un compositor, cantautor e investigador argentino. Tras cuatro discos editados y más de doscientos conciertos con Pommez Internacional, el músico presenta ahora su primer álbum como solista, “La Tempestad”. En este trabajo explora la canción hacia un espectro emocional más amplio, para liberar canciones de forma totalmente desprejuiciada. En esta entrevista nos cuenta un poco más acerca de este nuevo disco, que en palabras del propio Ibarlucía contiene la música más oscura y a la vez más alegre que haya publicado nunca.
– Para quien no haya oído nunca hablar de Juan Ibarlucía. ¿Cómo te presentarías a nuestros lectores?
– Primero diría buenos días y les preguntaría cómo están. Luego, seguramente hablaríamos del clima o de algo muy general, alguna pequeña conversación cotidiana para romper el hielo y conocernos. Luego, ya en confianza y si les interesa, les contaría que soy un compositor y productor argentino radicado en Buenos Aires y que mi trabajo es una práctica continua y pendular sobre tres ejes: La tradición artística argentina (quizá con un mayor énfasis reciente en el río de la plata), las posibilidades expresivas de los medios electrónicos/mixtos y, finalmente, la música callejera/urbana, entendiendo este término como un universo amplio que sintetiza la experiencia sonora de una gran ciudad. Compongo con la oreja en el asfalto, digamos. Mi recorrido comprende más de 100 obras en distintos formatos y soportes, además de muchos conciertos en distintos lugares del mundo. Les diría que soy una persona inquieta, para bien y para mal.
– Vienes a presentar tu nuevo álbum “La Tempestad”, ¿Qué es lo que vamos a encontrar dentro de él?
– Encontrarán una experiencia sonora de poco más de media hora de duración, pensada -idealmente – para ser atravesada de un tirón y en una situación que beneficie la escucha. Un recorrido que toma elementos de distintos lenguajes (la música industrial, el tango, la canción, el hip hop, la música contemporánea y vaya uno a saber que más) y los reordena en una formulación particular. Un disco que se revela de a poco, con cada re escucha. Alguien dijo que sonaba oscuro, ruidoso y ciudadano y estoy de acuerdo.
– “La Tempestad” es un viaje tormentoso que alude a desastres naturales y paisajes apocalípticos, ¿de dónde viene tanta oscuridad?
– La Tempestad contiene, al mismo tiempo, la música más oscura y más luminosa que compuse y eso creo que es una potencia del disco. Habitamos un mundo de luces y sombras y quise – en este caso – expresar esa amplitud en forma plena. La oscuridad es protagónica en la primera parte del disco y es, de alguna forma, el marco sobre el cual se despliegan los posteriores momentos luminosos. Siempre me atrajo la oscuridad y creo que esa sensibilidad es constitutiva de mi trabajo. Creo, además, que transitamos tiempos de enorme tensión y que La Tempestad puede ser, también, recibido como un álbum político.
– En el disco encontramos sintetizadores, guitarras de todo tipo, pianos, teclados, orquestas de tango, cuerdas, inteligencias artificiales, drum machines, ruido, grabaciones no-convencionales… ¿De toda esta diversidad musical cuál dirías que es la que más refleja la esencia del disco?
– Creo justamente que la esencia del disco es esa diversidad, esa resistencia a definirse bajo un solo término. Como dijo la filósofa catalana: Fuck el estilo/ tela y tijera / cógela y córtala. La única esencia en la que creo es el movimiento. La continuidad de La Tempestad no está dada por un sonido en particular, si no por una estructura de formulación sonora que existe, por así decirlo, más allá de los timbres.
– Este álbum llega tras más de una década al frente de Pommez Internacional. Musicalmente, ¿en qué se diferencia esta etapa como solista de la etapa anterior?
– Creo que la principal diferencia tiene que ver con las razones últimas que mueven la música. Pommez Internacional es un proyecto concebido en la escena experimental de los 2010 y como tal, tuvo en su ADN un mandato de revolución permanente que, creo, lo vincula un poco con la lógica de la vanguardia en el arte plástico: Sorprender, primero. Conmover, después. Esta nueva etapa parte de otro lugar, más intuitivo y directo. Compongo y escribo sobre lo que me conmueve – sin demasiadas mediaciones – e intento que esa intensidad emocional se transmita hacia la audiencia en forma directa. Esto, creo, beneficia a la música, permitiéndole respirar y manifestarse mejor. En términos sintéticos, diría que ya no me interesa la originalidad, sino la autenticidad.
– En un periódico de Argentina definieron el sonido de Pommez Internacional como “El de dos autos chocando a 130 km por hora”. Si tuvieras que definir este disco también con una sola frase… ¿Cuál sería y por qué?
– Diría que La Tempestad es el sonido del ojo del huracán.
– El álbum gira en torno al deseo y sus consecuencias. ¿Cuáles son los deseos prohibidos de Juan Ibarlucía?
– Ningún deseo prohibido que valga la pena se confiesa en una entrevista.
– “La Tempestad” cuenta las colaboraciones de Paula Maffia, Marina Wil y Ximena Giménez. ¿De dónde surgen estas colaboraciones?
– Cada colaboración fluyó en un proceso orgánico y espontáneo. Paula Maffia me aconsejó con enorme generosidad en la transición hacia esta nueva etapa. Su guía fue tan relevante que, sencillamente, le envié varios temas y le dije: “Sería un honor que cantes en cualquiera. Elegí vos”. Escogió Tatuaje y lo transformó en algo maravilloso. Marina Wil fue estudiante de Territorio – espacio de formación que dirijo – y desde allí iniciamos una amistad que continúa hasta el día de hoy. Es una de las mejores cantantes del pop argentino y cuando terminé Carnal no dejaba de imaginar su voz en ella. Con Ximena, en cambio, fue distinto y también mágico. Realicé una convocatoria por un trabajo de sesión para una película y ella se postuló. En esas fechas estábamos trabajando con Nicolas Rey en Rencor e imaginábamos una voz tanguera y contemporánea, con la cual realizar contrapuntos. Cuando Ximena apareció nos pareció una coincidencia del destino, porque era exactamente el tipo de cantante que estábamos imaginando.
– El año pasado pusiste banda sonora a la película “El Dorado” y anteriormente hiciste lo mismo con “La Cuarta Dimensión”. “La Tempestad” es también una obra muy cinematográfica, con una poesía introspectiva muy grande. Si pudiera servir de banda sonora a una película, ¿Cuál sería la ideal para ti?
– Amo hacer música para cine y me pone feliz notar que hay una retroalimentación entre mi trabajo en pantalla y mi trabajo de composición “tradicional”. Me dejas pensando… Creo que hay momentos que podrían estar en Inland Empire de David Lynch, otros en Possesion de Zulawski y otros – tal vez – en alguna ópera rock como El Fantasma en el Paraíso de Brian de Palma. Quizá sea cuestión de filmar una película de La Tempestad y resolver esta contradicción.
– Hablando de películas, hace tiempo hiciste de actor secundario para una de ciencia ficción titulada “Albino”. ¿Cómo fue esa experiencia?
– Albino es un cortometraje de ciencia ficción para el cual hice la música hace ya varios años. Fue hecho con mucho amor por dos amigos y, bueno, una cosa llevó a la otra y terminé participando de la escena clímax, un enfrentamiento distópico contra las fuerzas del orden. Se trató de un rol muy pequeño y muy divertido, apenas un día de filmación. No es tan frecuente para un músico poder apuntar una bazooka contra fuerzas policiales futuristas, así que no me podía perder la oportunidad.
– ¿Te ves preparado para dar el salto algún día a un rol principal?. Vamos a hacer un llamamiento a todos los directores de cine… ¿Cuál crees que sería ese papel que te iría perfecto?
– Creo que por mera portación de rostro, funcionaría mejor en algún papel serio y trágico: Algún policial oscuro, quizá, o de cazador de replicantes en una próxima secuela de Blade Runner. La parte positiva de todo esto es que al contratarme se llevan, dos por uno, al compositor de la música de la película. Tal vez eso sirva para compensar mis escasos dotes actorales.
– Compositor de bandas sonoras, actor, cantante, músico… ¿Hay alguna faceta que te quede por hacer profesionalmente y que tengas como asignatura pendiente?
– Bueno, me hago cargo de todos los títulos excepto el de actor, eso creo que me queda grande… La verdad, mi sensación es que profesionalmente es muchísimo lo que me queda por hacer. Entiendo que tu pregunta tiene que ver – y no me detengo mucho a pensarlo – en que hay un camino recorrido. Es lindo saber que pudimos llevar adelante proyectos soñados, en distintas disciplinas, y que pudimos hacerlo además desde una economía compleja como la Argentina. Pero si hay un término que sintetiza mi estado de ánimo actual es entusiasmo. Además, soy joven para casi todo, sub 35, así que no es hora de retrospectivas… En el pizarrón de mi oficina hay tres proyectos escritos: El primero es un libro. El segundo es un disco instrumental. El tercero es música para bailar. Veremos en qué orden salen.
– Si alguien ha llegado hasta aquí y aún está indeciso, ¿Cómo le convencerías para que se pare un rato a escuchar tus canciones?
– Le diría que el arte de la entrevista consiste en decir mentiras que parezcan verdades, mientras que la música, por suerte, se trata de decir la verdad a través de la mentira. Soy mejor músico que entrevistado así que si hasta acá llegó con algo de ganas, sugeriría que no lea más y que escuche la música, que por suerte siempre es superadora a la palabra.
– Para terminar, nos gustaría conocer qué otros proyectos profesionales tienes en mente a medio/corto plazo para este año.
– En los meses que siguen vamos a realizar algunas presentaciones más de La Tempestad en varias ciudades argentinas, algunas con la banda completa y otras en solitario. Luego de eso tengo una gira por España y otras ciudades europeas en las que nunca toqué. En paralelo, estoy produciendo a varios artistas y componiendo la obra de una película que verá la luz este año en salas y que hace poco se llevó un premio en el Festival de Málaga. También ando haciendo el diseño sonoro de una obra multimedial. Como comentario final, solo puedo decir que estamos trabajando en algo nuevo, que incluye material inédito y es el sucesor – o tal vez la expansión – de La Tempestad. La verdad, no me quejo.
– La última pregunta la dejamos siempre en blanco, ¿algo que quieras añadir y que se te haya quedado por decir?
– Solo me queda agradecerles por esta dedicada entrevista y por el placer de conversar en profundidad. Ha sido un auténtico placer. Espero verles a ustedes y a sus lectores en mi visita de Octubre. Un gran abrazo.