María Carrasco, “En este disco he tenido que enfrentarme a mis demonios”
“Inmune al dolor” es el nuevo disco de María Carrasco. En él, la artista gaditana ha convertido en música una etapa complicada de su vida, llena de perdidas y momentos duros. Pero también supone un cambio de ciclo en su carrera. Aunque se mantiene fiel a sus raíces flamencas da un volantazo a su sonido, dirigiéndolo hacía un estilo renovado, más fresco y más pop. Hablamos con ella en esta entrevista para conocer un poco más acerca de este trabajo y descubrir algunos de los secretos que se esconden dentro de él.
– Vienes a presentar tu nuevo disco “Inmune al dolor”, un trabajo visceral que nace de los sentimientos más profundos, ¿qué nos vamos a encontrar dentro de él?
– Creo que es mi versión más íntima, el disco “más yo” que he podido hacer nunca. Por la serie de pérdidas que he sufrido, he tenido que enfrentarme a mis demonios y creo que este disco es el resultado de una serie de vivencias que me han ayudado a forjarme.
– La vida te ha golpeado tres veces en muy poco tiempo, con la pérdida de tres familiares muy cercanos. ¿Cómo consigue alguien hacerse inmune a eso?
– La música me ha salvado hasta de mí misma. Ha sido puerto en medio de mis tormentas, me ha ayudado a sobrellevar el dolor, a encontrar alegría en otros pequeños detalles que quizá anteriormente pasaban desapercibidos. Perder a lo más importante de tu vida, te abre los ojos para poder ver mejor esos pequeños detalles.
– El título es en cierto modo terapéutico y las canciones que hay dentro de él han sido tu salvavidas. ¿Has llegado a tocar fondo en algún momento?
– Claro, todo me sobrepasó muchísimo en su momento. A raíz de hundirme, entendí la importancia de ir a terapia psicológica a buscar ayuda cuando uno no puede solo. Y a veces no poder, también está bien. Cuando todo es tormenta, no hay que auto exigirse demasiado.
– ¿Qué consejo puedes darle a alguien que se encuentre en una situación parecida y no consiga ver la luz al final del túnel?
– Sobre todo que busque ayuda en gente que quiera. Las personas faro siempre alumbran nuestros momentos oscuros. Los hobbies de siempre ayudan en la calma, y el deporte ayuda con las endorfinas. Después de un tiempo, somos capaces de recordar sonriendo. Pero es eso; cuestión de tiempo.
– Una imagen vale más que mil palabras y la portada muestra a una María Carrasco mitad herida mitad fortalecida, ¿cuál de las dos representa mejor tu estado actual?
– Creo que soy mitad y mitad: la parte inmaculada de la portada representa la esperanza con la que me gusta ver la vida. Es mi actitud diaria. La otra parte herida, realmente son mis propias cicatrices. Sigo siendo yo en esas cicatrices. Son mis batallas, con las que convivo y lucho a diario.
– Sin duda alguna el tema que marca toda esa visceralidad del álbum es “En Silencio”, el cual va dedicado a tu madre. ¿Qué supone para ti cantar esta canción en directo en los conciertos?
– Es la canción que más me cuesta cantar, pese a que no es la que más técnica vocal requiere. Siento a mi madre tan cerca de mí cuando canto su canción en el escenario, que el nudo de la garganta me aprieta el alma.
– Aunque no deja de lado tus raíces flamencas, el disco muestra una evolución hacia otra sonoridad más pop. ¿Podríamos considerarlo un punto de inflexión en tu carrera?
– Por supuesto, mi camino está marcado desde este trabajo, y son los registros donde más cómoda me encuentro. Creo que lo más coherente, siendo fiel a mis principios, es seguir haciendo esto. Evolucionando, pero sin dejar detrás lo que soy yo.
– Séptimo disco de estudio y apenas tienes 27 años. Para que alguien se haga una idea de la dimensión, son los mismos que tiene David Bisbal y solo uno menos que bandas como Amaral, La Oreja de Van Gogh, Manuel Carrasco o Vanesa Martín, ¿le has puesto techo a tu carrera?, ¿a dónde puede llegar María Carrasco si sigue con esta progresión?
– De las cosas que menos me gustan de los seres humanos es que muchas veces no explotamos del todo nuestras habilidades al ponernos límites. La música es lo que más feliz me hace, y no hay que limitar nada de lo que te hace feliz y te hace bien. La gente que escucha mi música es la que me marca los tiempos. Ellos deciden si sigo o no. Si siguen dándome este cariño… Amenazo con quedarme hasta el último aliento.
– Siempre dicen que el tercer trabajo es el que marca la madurez de un artista, quien afirme eso es porque no ha revisado tu discografía, porque la madurez compositiva e interpretativa que hay en este séptimo trabajo es inmensa. ¿Crees que estás en el mejor momento de tu vida como cantante?
– Diría que sí. El desafío más bonito que vivo a diario es el del aprendizaje. Cada músico, cada compañero es una fuente fresca de la que beber. He aprendido tanto últimamente, que he entrado en bucle y no quiero parar. Quizá este gran momento que me está regalando la música sea porque sigo con las ganas de aprender intactas, como el primer día.
– Para este disco te has rodeado de buenos amigos, como David Parejo, Raúl Cabrera o Gonzalo Hermida, con el que tienes un dueto en la canción “Otro Planeta”, ¿de dónde surge esta colaboración?
– Pensé en Gonzalo inmediatamente cuando se me pasó por la cabeza hacer un dúo con alguien cantando esta canción. El contenido de esta habla de la buena vibra que te transmiten esas personas, que consiguen sacar lo mejor de ti. Eso es Gonzalo para mí.
– David DeMaría, Gonzalo Hermida, María Parrado, Niña Pastori, Neva, Merche… ¿Qué tiene Cádiz para dar a luz a tanto arte?
– Creo que es la forma de ver la vida en el sur del sur. Nos preocupamos más de lo que es verdaderamente importante. Aquí sabemos mucho sobre lo que es vivir.
– Hace poco te vimos en el ciclo “Mujeres que marcan la diferencia”, defendiendo la igualdad de la mujer y los derechos de la comunidad LGTBI+. Aunque aún queda mucho camino por delante hay un cambio de tendencia, y poco a poco vemos cómo las primeras posiciones de las listas de ventas están acaparadas todas por mujeres. ¿Qué barreras o tabúes nos quedan aún por derribar en el mundo de la música?
– Considero que las barreras están dejando de existir con la educación y la cultura. Aunque quede mucho camino por andar, creo que todas las intolerancias se curan leyendo, viajando y conociendo arte y gente.
– Tú empezaste a cantar muy temprano, con apenas siete años, y has vivido ya prácticamente de todo. ¿Qué sueños te quedan aún por cumplir?
– Creo que todos soñamos con seguir en la música, pero si hay algo que me gustaría de verdad es traer a casa un Grammy. Sobre todo por mi padre, que es quien me enseñó todo para empezar en la música.
– Para aguantar tantos años en la industria hay que picar mucha piedra, y a ti nadie te ha regalado nada. ¿De dónde sacas toda esa fortaleza para seguir adelante?
– Mis padres trabajaron mucho cuando yo era pequeña para que no me faltase el pan y pudiese invertir todo mi tiempo en la música. Por respeto y cariño a todo lo que han hecho por mí, no voy a bajar los brazos nunca. Por eso, y porque la gente que me escucha no me va a fallar. Yo tampoco puedo fallarles a ellos.
– La última pregunta la dejamos siempre abierta, ¿algo que quieras añadir o que te haya faltado por decir?
– No soy nadie para dar consejos, pero si puedo dar uno… Vivan, que nunca se nos avisa cuando la vida acaba.