La experiencia inmersiva del concierto de Última Llave en Madrid
El pasado 20 de diciembre, la noche madrileña tuvo la increíble suerte de contar con la actuación de la banda canaria Última Llave en una de las salas más emblemáticas de la ciudad, Café Berlín.
Lo que sus componentes consideraban como “el concierto más importante del año” (palabras textuales expresadas en la entrevista que les realizamos unos días atrás), cumplió altamente las expectativas generadas, ya que se vivió un torbellino de emociones con cada tema interpretado.
El espectáculo comenzó con una interesante recopilación de cuñas de radio en las que, a lo largo de los últimos años, importantes medios del país se habían hecho eco del lanzamiento de los proyectos de la banda a la vez que reproducían sus canciones.
El tema que abrió el concierto no pudo ser otro que “El Plan”, tema presentado en directo en nuestro podcast, con el que se movió una energía muy positiva por toda la sala y donde la frase “Madrid, ¡grítalo!” sonaba al unísono y con mucha fuerza.
La noche continuó con “Lo Dejamos Caer” y “13 de Febrero”, pertenecientes a su disco “20-22”, manteniendo esa positividad que caracteriza al sonido de la banda.
Tras estas canciones, Bea dio un discurso en el que comentó la emoción que le provocaba dar este concierto en Madrid, pues desde hacía tiempo tenía pendiente cantar aquí, además de suponer el cierre de la gira nacional. Asimismo, era conocedora de que muchos de los asistentes provenían de distintas ciudades de España, incluyendo sus adoradas Islas Canarias.
El primer invitado de la noche fue el cantante, también canario, José Otero, quien interpretó junto a ellos el tema “Tu Foto” creando una fusión de voces entrañable, prácticamente fraternal, dado que la vocalista no paraba de referirse a él como un hermano.
Una parte del concierto gozó de la interpretación de temas pop muy sonados en los primeros años de los 2000, siendo el primero “Nada de esto fue un error” de Coti, actuación durante la cual la cantante interactuó mucho con el público.
Este acontecimiento no fue un hecho aislado ya que, a lo largo de la noche, fueron cantados otros temas de aquella primera década musical. Lo que demuestra la pasión por estas canciones es que la banda nos deleitó con “El Asiento de Atrás”, tema propio que hace referencia a muchas de ellas.
Tras varios minutos de éxtasis y alegría, tuvo lugar un set acústico que fue abierto con un
tema inédito llamado “Y Duele”, que será lanzado próximamente y conmovió a los espectadores por la pureza de la voz de Bea y los sentidos acordes de los guitarristas. Otras canciones, pertenecientes a su primer disco, fueron “La Posada del Marinero” (improvisada debido a la petición de un gran fan que estaba entre el público), “Eres Tú” y
“El Baile”, la cual dedicaba a aquellas “personas refugio” que son salvavidas en los peores
momentos.
En este set tuvo lugar un homenaje a Luis Fonsi, el que fuera su coach en el programa “La
Voz” (de cuya experiencia guarda recuerdos maravillosos), siendo “Nada es para siempre” la elegida para este momento.
Continuando con las colaboraciones, la siguiente fue protagonizada por Dama en “Aquella
noche”, trasladando al público a un ambiente festivo. Esta atmósfera se mantuvo con “Bonita”, la cual mostraba el descontento hacia la presión constante a la que las mujeres están sometidas por su apariencia física.
Nerea Rodríguez fue la última artista invitada de la noche, sumándose al tema “Perdona Si Te Olvido”, donde se fusionaron garra y dulzura a partes iguales.
Sin duda, uno de los momentos más esperados y que revolucionó al Café Berlín fue la interpretación de “Ya No Volverá”, canción a la que el grupo guarda un especial cariño y agradecimiento debido a ser el tema por el que mucha gente les conoció y empezó a apoyar en esta aventura. El público se vino arriba desde el primer acorde hasta la nota final y en la sala se sintió una alegría generalizada que, hoy en día, es muy difícil de conseguir debido a nuestras estresantes rutinas llenas de cargas profesionales y personales.
El punto y final lo puso “Subiendo al Cielo”, la cual contó con una coreografía que mantuvo a los asistentes de pie y bailando.
Personalmente hablando, se podría definir este concierto como una experiencia inmersiva en la que pasas por todo tipo de emociones. Esto es gracias al hecho de poder ver a una banda al completo donde la música es plenamente tocada en directo por varios músicos e interpretada por una voz pura, trabajada y que pretende transmitir con cada nota un millón de sensaciones y sentimientos, lo que consiguió con creces.
Gracias, Última Llave, por habernos hecho disfrutar de vuestro espectáculo y vuestro talento, creando un ambiente tan agradable y difícil de olvidar y superar.